Benedicto Gonzáles: “Las almas del cementerio nos han cuidado de la Covid-19”
Benedicto Gonzáles Mamani, un cochabambino de 55 años, es el administrador del cementerio de Cochabamba. Junto a los trabajadores del camposanto, atendió durante lo peor de la pandemia de Covid-19 a los más de 300 fallecidos que están enterrados en este lugar.
Gonzáles contó que, “gracias a la protección de las almas que están en el cementerio, los trabajadores no tuvieron complicaciones en su salud, pese a haberse enfermado”.
Respecto a las medidas de bioseguridad que se aplican ahora en el cementerio por la festividad de Todos Santos, dijo que serán estrictos en el control de horarios, uso de barbijo y el ingreso de sólo dos personas por difunto.
Dijo que los fines de semana podrán ingresar de 7:00 a 9:30 las personas cuya cédula termine en numero par, e impar, de 10:30 a 13:00. Entre las 9:30 y 10:30 se hace la desinfección del camposanto.
—¿Cuánto tiempo está a cargo del cementerio?
—Éste es mi sexto año en la función pública y creo que hicimos varias mejoras en el camposanto. Realmente esta gestión ha sido la más difícil por la pandemia, porque creo que nadie en el mundo estaba preparado para algo así.
—¿Cuánto va a cambiar Todos Santos por la pandemia?
—Nuestras tradiciones y costumbres son muy grandes en nuestro país, pero la pandemia ha cortado muchas cosas. Creo que ya no podremos tener esas concentraciones grandes que se veía en el cementerio o en los velorios. Con la cantidad de muertos que ha habido, debería haber mucha más gente, pero por las restricciones no va a ser así por los protocolos de bioseguridad que aplicamos.
—¿Cómo ha sido atender a los dolientes en la pandemia?
—Realmente ha sido una situación muy lamentable, porque nos ha agarrado a todos en curva. Daba pena ver cadáveres botados en la puerta del cementerio, y los trabajadores teníamos miedo de tocar. No teníamos ropa de bioseguridad y hemos tenido que comprarnos con nuestra plata.
La capacidad del horno crematorio no era suficiente para atender la cantidad de muertos que llegaba. A veces teníamos que trabajar 14, 15 horas al día, incluidos los fines de semana.
No teníamos espacio para los cuerpos y la ley nos prohibía enterrar en nichos y tuvimos que habilitar fosas comunes e individuales.
—¿Hubo contagios en los trabajadores del cementerio?
—Gracias a Dios, en los trabajadores del cementerio no hubo ningún fallecido. Pese a que se han contagiado, todos han pasado asintomáticos, porque creo que las almas del cementerio nos han cuidado de la Covid-19 para que ninguno se enferme y muera.
Sólo un compañero eventual murió, pero él era trabajador eventual y se contagió en el mercado La Pampa porque ahí tenía su negocio y fue a atender mientras no tenía su contrato aquí.
—¿Qué recomendaciones le da a la población?
—Que se cuide, que se desinfecten, que consuman alimentos naturales y que eviten los lugares donde hay aglomeraciones.
Aquí en el cementerio estamos listos para un posible rebrote, porque ya hemos habilitado nuestro pabellón nuevo, pero no quisiéramos que pase eso.