Ciencia. La Tierra alcanza un nuevo récord de calor y no será el último
Según confirmó la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, la temperatura global promedio en la superficie de la Tierra marcó el martes 4 de julio un nuevo récord: 17,18 grados.
Además, el registro máximo anterior databa del lunes 3 de julio, con 17 grados, por lo que esta semana se ha batido un doble récord diario. No se alcanzaban estas cifras desde el 24 de julio de 2022, cuando se llegó a 16,92 grados, según los datos de los Centros Nacionales de Predicción Ambiental de la NOAA (que mide la temperatura global diaria desde 1979).
En ese sentido, cabe destacar que esta misma semana la Organización Meteorológica Mundial (OMM) declaró el comienzo del fenómeno meteorológico de “El Niño”, el cual incrementará aún más las temperaturas en el mundo, en la segunda mitad de 2023.
El mes de junio más cálido a nivel global
Este récord diario no se trata del único máximo histórico de temperatura a nivel global que hemos conocido en las últimas semanas. Según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (perteneciente al Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Largo Plazo), junio de 2023 ha sido el junio más cálido jamás registrado en el mundo, con récord de calor tanto en la superficie terrestre como en la marítima.
De hecho, Copernicus resaltó que el mes de mayo también tuvo las temperaturas de la superficie del mar altas a nivel mundial desde que hay registros y, de nuevo, en junio se superaron los valores alcanzados en cualquier otro mes de junio.
En concreto, junio de 2023 fue el más cálido a escala mundial de toda la serie de junio desde que hay registros, con temperaturas que estuvieron algo más de 0,5 grados por encima de la media de 1991-2020 y superaron a las de junio de 2019, que hasta ahora tenía el récord.
Malas previsiones
Y, por si fuera poco, las previsiones de cara a las próximas semanas no son nada halagüeñas. La Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo científico dependiente de la ONU, alertó de que puede esperarse que las temperaturas sigan subiendo aún más pese a los mencionados récords diarios y mensual.
El director de Servicios del Clima de la OMM, Chris Hewitt, explicó que “el calentamiento excepcional en junio y el inicio de julio han ocurrido cuando empieza a desarrollarse el fenómeno de ‘El Niño’, que se prevé que aumente el calor tanto en la tierra como en los océanos y lleve a temperaturas más extremas y olas de calor marino”.
En consecuencia, según el experto, “se pueden esperar más récords a medida que ‘El Niño’ avanza y sus impactos se extienden hasta 2024, lo que es una noticia preocupante para el planeta”.
¿Un destino como el de Venus?
Si eres un nihilista, podrías señalar que todo esto es una tontería en comparación con lo que probablemente experimentará la Tierra en un futuro lejano. Los científicos han predicho durante mucho tiempo que a medida que el sol envejece y se vuelve más brillante, la superficie de la Tierra eventualmente se calentará hasta el punto en que los océanos comiencen a hervir a fuego lento como el agua en una hornalla.
El vapor de agua, un potente gas de efecto invernadero, se verterá en la atmósfera y desencadenará un efecto invernadero descontrolado que, en mil millones de años, podría transformar nuestro mundo en algo parecido a nuestro vecino, Venus. Allí, bajo una atmósfera espesa, tóxica y sulfurosa, las temperaturas de la superficie están cerca de los 482° C ( 900° F).
“La suposición ha sido que a medida que el sol continúa brillando, sucederá lo mismo en la Tierra”, dijo Paul Byrne, experto de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. Además, agregó que, hace miles de millones de años, nuestro vecino planetario podría haber tenido un clima y océanos agradables.
Venus podría no haber sido arruinado por el sol en absoluto. El trabajo de modelado reciente sugiere que el culpable podría haber sido una serie de paroxismos volcánicos que causaron “liberaciones bíblicas de CO2 a la atmósfera”, informa Byrne.
Pero cualquiera de los escenarios, la muerte del calor planetario por el sol o por los volcanes, apunta a una forma en que los eventos que están más allá de nuestro control podrían hacer que el clima futuro de la Tierra caiga en picada desgarradoramente caliente.