Persiguiendo los mitos urbanos
La preocupación sobre la calidad de vida en Cochabamba está presente en los pasillos de las oficinas públicas, en las calles, en los medios de comunicación y en la corporeidad de los propios cochabambinos que cotidianamente, lo sepamos o no, interactuamos y transportamos físicamente en nuestras células los problemas del contexto inmediato en el que habitamos.
El Observatorio Ciudadano Cochabamba Nos Une, trabaja desde hace varios años en el propósito de generar espacios de análisis y difusión de la problemática urbana de la región en distintos aspectos relacionados como la economía y condiciones de vida de los y las cochabambinos, las relaciones sociales, la seguridad ciudadana, los servicios básicos y la calidad del medio ambiente.
Cochabamba, para comenzar, no ha resuelto uno de sus principales e históricos problemas como el abastecimiento de agua; por otra parte, los índices de inseguridad son altos, la expansión de la mancha urbana es incontrolable, y de acuerdo a diversas fuentes, es una de las ciudades más contaminadas de América Latina.
Por tanto la leyenda urbana de Cochabamba ciudad jardín, o como aquella ciudad considerada el mejor lugar para vivir del país y del continente por su clima y calidad de vida, que hemos ido reproduciendo con mucho orgullo los cochabambinos durante décadas, cada día resulta más artificial, puesto que se ha ido incrementando la distancia entre esta narrativa simbólica y la información dura de la realidad.
En el pasado fue así. Una de las características de las leyendas o mitos urbanos es que suelen basarse en situaciones históricas previas que luego son exaltadas, agrandadas o distorsionadas. En el caso de Cochabamba, la relación del mito con la realidad actual es débil o prácticamente inexistente.
También desde hace varios años se ha pensado en distintas iniciativas para mejorar la calidad de vida urbana y acercarla a sus viejos imaginarios históricos mediante decisiones, o normativas que preserven el aire limpio, la regulación del parque automotor, la promoción del uso de bicicletas, el control de la tala de árboles entre muchas otras; no obstante las buenas intenciones, normativas y acciones resultan limitadas pues no han logrado neutralizar la tendencia creciente del deterioro de la calidad de vida urbana convirtiéndola en muchos casos en un problema político.
Este cambio implicaría también revertir las lógicas de “modernización” basadas en el cemento y el asfalto que dieron lugar a una indiscriminada tala de árboles en las calles de la ciudad en años precedentes. Según datos del propio municipio, menos del 3% del territorio urbanizado cuenta con áreas verdes o cobertura de árboles, esta situación es calificada como “extremadamente crítica”.
Una de las formas de contribuir a transformar esta realidad —tan alejada del mito inventado— es generar información y compartirla, asumir no sólo nuestra parte de responsabilidad individual cotidiana, sino de generar una conciencia y movilización colectiva.
Con el fin de posicionar algunos de estos temas críticos en el debate sobre la región metropolitana, el Observatorio Ciudadano Cochabamba Nos Une, presentará hoy una publicación, la primera de una serie de Revistas sobre aspectos que afectan a la vida cotidiana de los y las cochabambinas para generar, a través de estudios fundamentados breves una corriente de análisis y debate sobre una realidad que pretende reencontrarse con los mitos anhelados.
La autora es socióloga
Columnas de MARIA TERESA ZEGADA