Secuestro y extorsión
Desde la Guerra del Agua, en el año 2000, a hoy, julio de 2020, los cochabambinos somos sujetos de secuestro y extorsión. Debido a decisiones políticas en estas dos décadas, es a través de la ciudad o del departamento que el Movimiento al Socialismo ha podido llevar adelante sus políticas ya sea para llegar al poder, mantenerse en él u hoy buscar retornar.
Siempre ha sido Cochabamba el lugar donde se ha llevado adelante la mayor parte de las decisiones políticas del país. Sin embargo, desde noviembre del año pasado, la situación se ha convertido en un tema de vida o muerte para el MAS.
A partir de la salida del exgobernante, y luego de que él mismo instruyera que había que bloquear las ciudades, se ha iniciado una vorágine de acciones que hacen que la ciudadanía esté hoy más que nunca secuestrada y extorsionada. Todo empieza en el primer llamado a la cuarentena, cuando en la zona sur de Cochabamba, no se quiso acatarla, habiendo expulsado a policías, médicos y cualquiera que haya querido explicar lo que es la pandemia. Los audios señalando que todo era una mentira corrieron por todas las redes sociales (y siguen), también voltearon antenas de telecomunicaciones, y también bloquearon la zona de K’ara K’ara, impidiendo que la basura pueda ser depositada en el botadero.
Esta situación llegó al extremo este fin de semana, con el destrozo de más de 15 camiones, el secuestro de más de 25 trabajadores de la empresa municipal de aseo, la destrucción de las oficinas de la empresa Colina, que administra el botadero y, finalmente, dejando a la ciudad con más de quinientas toneladas diarias de basura.
En el primer bloqueo consiguieron que se dote a los bloqueadores con agua de forma gratuita, (además de pedir elecciones, ya), ahora quieren, la liberación de dirigentes que portaban bazucas artesanales en el pasado bloqueo, en claro amedrentamiento a la ciudadanía, también exigen electricidad e Internet gratuitos. Se extorsiona a los cochabambinos con la salud pidiendo dádivas totalmente absurdas o que, finalmente, paguemos a título de subsidio, cuando estos grupos tienen para petardos y para bloquear, porque nada es gratis. Todo esto es una simple excusa para seguir agitando a los vecinos con el fin de ocasionar y buscar mayor violencia, y se mantenga a una ciudadanía en ascuas.
Lo increíble de todo esto es que el Fiscal de Distrito brilla por su ausencia y, claro, llega la Defensoría del “Pueblo”, a buscar que se libere a los delincuentes antes mencionados. Es importante señalar que todos somos pueblo, no sólo es un grupo, ante la ley somos todos iguales; y que, en plena Pandemia, las no actuaciones de la Fiscalía también constituyen incumplimiento de deberes y atentado contra la salud de la población.
Es importante señalar que los 2/3 del rodillo masista en el Parlamento han elegido titular de la Fiscalía General del Estado a Juan Lanchipa y este, a su vez, ha designado a los fiscales de distrito. Sucede lo mismo con la Defensoría del Pueblo. Por tanto, queda claro que lo que hace el MAS es extorsionar a los bolivianos manteniendo secuestrados a los cochabambinos, quienes cumplieron un rol fundamental en la salida del cocalero. Señalo a todos los bolivianos porque, mientras exista un lugar con altos índices de contagio, todo el país está en riesgo.
La Covid-19 es provocada por un virus que está ya infectando de forma comunitaria, que está atacando muy duramente a los cochabambinos, y la gente está secuestrada, por el virus, por la basura, y por el Movimiento al Socialismo. ¿Dónde están las autoridades, dónde está la Fiscalía?, ya preguntarnos por la Defensoría es tiempo perdido, si fuera que son los masistas los afectados, ya estuvieran las cartas presentadas en la CIDH, ONU y Marte, pero como se trata de la población que nunca apoyó al MAS, hay que darle castigo, en una suerte de revancha por lo que ocurrió en octubre y noviembre de 2019.
Hoy los cochalos estamos secuestrados y extorsionados por asuntos políticos, no importando que la Parca ingrese a los domicilios, sin importar si son pobres o no: no discrimina. En tres semanas veremos cuán devastadora es la inacción de la Fiscalía y la acción de los “autoconvocados” que, en otras oportunidades, también se llaman interculturales, o adquieren cualquier nombre para que no se los relacione políticamente. Pero nosotros, los secuestrados y extorsionados sabemos quiénes son. Las elecciones serán el 6 de septiembre, ¿qué más están buscando? ¿Muerte?
¡Ya basta! ¡Estamos cansados de tanta extorsión y secuestro!
La autora es abogada
Columnas de ALEJANDRA PRADO