Seguridad nacional: condición básica para el desarrollo
La Ley de la República Popular China para salvaguardar la seguridad nacional en la Región Administrativa Especial de Hong Kong, aprobada el pasado 30 de junio por el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, cubre algunos vacíos institucionales en la salvaguarda de la seguridad nacional y resulta de gran importancia para mantener y mejorar el principio “Un país, dos sistemas”, garantizando así la gobernanza, prosperidad y estabilidad a largo plazo, tanto de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, como del conjunto de China.
La seguridad nacional es una condición básica, tanto para la supervivencia como para el desarrollo de cualquier país en el mundo, por lo que la legislación de la misma, corresponde al ámbito de la soberanía nacional y la autoridad central de cada Estado. Sin embargo, unos cuantos países se han dado a la tarea de lanzar acusaciones injustas contra China e interferir, sin ningún reparo, en sus asuntos internos.
Huelga decir que todos los países tienen legislaciones sobre su seguridad y que ningún país se queda de brazos cruzados frente a actividades que la pongan en riesgo. Como ejemplo, podemos mencionar que EEUU ha promulgado a lo largo de su historia más de veinte legislaciones de seguridad nacional que cubren una amplia gama de campos, entre ellos, la política, la economía, la diplomacia, las ciencias, la tecnología e incluso la educación. De hecho, EEUU es el país del mundo con el mayor número y más amplio espectro de legislaciones sobre seguridad nacional.
Durante el periodo de dominio colonial británico sobre Hong Kong, el Reino Unido aplicó la Ley de Traición a Hong Kong, la cual era aplicada a través de una agencia especial. Pero en los 23 años transcurridos desde el retorno de Hong Kong a China, fuerzas internas y externas han buscado obstruir el cumplimiento de las responsabilidades constitucionales y las obligaciones legislativas de Hong Kong, para cumplir con la salvaguarda de la seguridad nacional.
Activistas radicales de Hong Kong y fuerzas externas han venido aprovechando este vacío legal para promover el separatismo, generando todo tipo de incidentes violentos desde junio del año pasado. Los violentos, más allá de causar grandes atascos de tráfico, el cierre de tiendas y zozobra entre los habitantes, pusieron en riesgo las garantías más básicas, como lo son la vida y la propiedad privada de los ciudadanos. ¿Qué país en el mundo permitiría actividades secesionistas y violentas en su territorio?
La Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong sólo señala cuatro tipos de actos que ponen en peligro la seguridad nacional: separatismo, subversión del poder estatal, terrorismo y colusión con países o fuerzas extranjeras. La promulgación de dicha ley tiene por objetivo detener a un número mínimo de elementos radicales que ponen en grave peligro la seguridad nacional y, de esta manera, garantizar la vida, la seguridad y la propiedad de la gran mayoría de los habitantes de Hong Kong, así como los derechos e intereses legítimos tanto de los residentes como de las inversiones extranjeras que radican en Hong Kong.
La legislación de seguridad nacional en Hong Kong no afecta los derechos humanos ni la independencia judicial de Hong Kong. Su aplicación, la investigación y los procedimientos judiciales serán conducidos por las autoridades y los tribunales competentes de Hong Kong, siempre bajo los principios legales como la presunción de inocencia y la protección de los derechos de los sospechosos. La ley no tiene aplicación retroactiva y garantiza los derechos de expresión, publicación, información, asociación, reunión, movilización y manifestación; por lo tanto, la ley no sólo que no afecta los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos de Hong Kong, sino que brinda mayor protección al ejercicio de sus libertades y derechos legales.
En China, como en cualquier país del mundo, el ejercicio de las libertades individuales está restringido al punto en que no afecten al bien común, la seguridad o las libertades de otros. En opinión de Montesquieu: “La libertad es el derecho de hacer todo lo que las leyes permiten, de modo que si un ciudadano pudiera hacer lo que las leyes prohíben, ya no habría libertad”. Los que protagonizaron los actos de violencia en Hong Kong deben comprender que la libertad sólo existe dentro de las limitaciones de la ley y que, más allá de eso, se debe asumir responsabilidades legales.
Algunos políticos en EEUU, que no se preocupan por los serios problemas de derechos humanos en su propio país, ignorando la discriminación racial sistémica y permitiendo que las personas de color mueran una tras otra a causa de la violencia policial, curiosamente, han mostrado un interés particular por los derechos humanos en Hong Kong. En realidad, no están preocupados en absoluto por la libertad y la democracia de Hong Kong; les preocupa perder la libertad de propiciar actividades separatistas y subversivas en Hong Kong.
La legislación de seguridad nacional de Hong Kong ha mantenido y consolidado el principio de "Un país, dos sistemas", en lugar de haberlo debilitado. Ha sido un logro sin precedentes a nivel mundial, implementar al mismo tiempo los sistemas socialista y capitalista en diferentes regiones de un mismo país. Nadie respeta más que el gobierno chino la voluntad política y el estilo de vida de los residentes de Hong Kong y a nadie le importa más que al gobierno chino la estabilidad y prosperidad duradera de la región especial. Pero hay que comprender completamente el significado de "Un país, dos sistemas". Un país es la base en la que se asientan los dos sistemas; sin la seguridad de tener un solo país, no habrá manera para que puedan prosperar dos sistemas.
La Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong está dirigida a un número muy pequeño de personas violentas que ponen en grave peligro la seguridad nacional y no amenaza de forma alguna a la oposición. China continuará implementando el sistema capitalista en Hong Kong, respetando la pluralidad política y las reglas del capitalismo. La oposición puede expresar libremente sus opiniones y reclamos, pero no debe participar en actos cuyo fin sea dividir la patria o subvertir el poder del Estado.
La Ley de Seguridad Nacional promoverá la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong, aprovechando su ventaja que representa la conexión entre el mundo y China continental.
Los actos violentos comenzados en junio del año pasado, llevaron a Hong Kong a un vórtice, afectando seriamente la economía y el sustento de sus ciudadanos, así como el ánimo de los inversores, en particular en sectores como el turismo, el comercio minorista y el hotelero, causando el primer decrecimiento económico en los últimos 10 años. La Ley de Seguridad Nacional protege la seguridad de la gran mayoría de los ciudadanos de Hong Kong, la paz social, así como el entorno legal y empresarial de Hong Kong.
HSBC, Standard Chartered, Swire, Jardine y otros grupos con fondos extranjeros en Hong Kong han afirmado que la promulgación e implementación de dicha ley es propicia para la estabilidad a largo plazo de Hong Kong y es la base y el requisito para todo el desarrollo. Según una encuesta reciente, realizada por la Cámara de Comercio de EEUU, en Hong Kong, más del 70% de las empresas entrevistadas declararon que no retirarán sus fondos de Hong Kong. Es obvio, ningún negocio rechazará las oportunidades que brinda Hong Kong a empresas de todo el mundo.
El autor es Cónsul General de la República Popular China en Santa Cruz
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