Servicio militar obligatorio

Columna
Publicado el 24/04/2023

Causó gran conmoción el accidente que sufrieron dos cadetes mientras realizaban demostraciones por el aniversario del Colegio Militar, en La Paz el pasado martes 18 de abril. El Ministerio de Defensa instruyó al comandante en jefe de las FFAA, una investigación “rigurosa” del caso y el establecimiento de sanciones “drásticas” para los responsables. Los cadetes atraviesan el lento proceso de recuperación, del que posiblemente queden secuelas de por vida, dada la gravedad de sus lesiones.

En redes sociales se encendió el debate sobre la violencia ejercida en el servicio militar obligatorio, llegándose a cuestionar el sentido de mantener la obligatoriedad de tan insulso servicio, considerando que no es la primera vez que un cadete/soldado/conscripto es herido de muerte o sufre un accidente en circunstancias no esclarecidas. ¿Servir a la patria se traduce necesariamente en atravesar un calvario de abusos, palizas y accidentes? Mucho se ha escrito sobre los aspectos legales y políticos por los que todavía se mantiene la obligatoriedad del servicio militar en un país donde históricamente las FFAA han demostrado su inutilidad, pese a que la Constitución Política del Estado reconoce a nuestro país como “pacifista” siendo posible prescindir de tan perniciosa institución.

Lo desconcertante es que, en pleno 2023, al margen del Estado y las entidades castrenses, amplios sectores de la sociedad siguen validando el “servicio a la patria” como referente de la fijación de su identidad y espacio de legitimación de su condición ciudadana. Todos los años, miles y miles de jóvenes provenientes de áreas rurales y sectores populares acuden masivamente a los reclutamientos ¿Por qué?

Trato de responder a esa pregunta recurriendo a mi propia experiencia, a mis recuerdos de juventud y a mi condición de hombre. Cuando tenía la edad para hacer la premilitar, decidí que no me apetecía levantarme de madrugada todos los fines de semana para recibir golpizas y órdenes de milicos ignaros. El colegio ya era lo suficientemente estresante como para hacer más complicada mi existencia. De hecho, al ser un colegio particular, la mayoría de los hombres desistimos de hacer “la pre”, hacerse pegar por gusto era cosa de t’aras, era el pensamiento dominante en esa época.

Al ingresar a la Facultad de Derecho de la UMSA, grande fue mi sorpresa cuando constaté que la mayoría de mis compañeros habían hecho “la pre” o el servicio militar, cuando se enteraron de que yo no lo había hecho, me rodearon y con un tono compasivo me dijeron: “¿Por qué eres tan maraco? Debería darte vergüenza, solo los ‘chisos’ se escapan”. Era como pasar de la barra brava del Strongest a del Bolívar. Parecía no haber escapatoria entre ser t’ara  o “maraco”. 

Tiempo después, y con tragos encima, trate de indagar por qué hacer el servicio militar motivaba tanto orgullo. Mis compañeros me dijeron que, más allá de que resistir incólume a las “chocolateadas” denotaba hombría, hacer el servicio militar les ayudó a adquirir algunas habilidades en electrónica, carpintería y plomería, muy útiles para el día a día. Pero lo inolvidable era el compañerismo, la solidaridad que habían experimentado en los peores momentos del servicio.

“Una vez, el sargento nos ha ordenado sacarnos la mierda por parejas, éramos como treinta en mi grupo”. “Paseaba alrededor de nosotros arengándonos: ‘¡Van a aprender a ser machos, mierditas!’, así nos gritaba y se paraba al frente, mirando mientras nos peleábamos. A mí me tocó con un camba alto, me miró de pies a cabeza y sonrió: ‘A cholos como voj, rápido se loj dejpacha’, me susurró. La pelea fue breve, un par de puñetazos bien colocados y mi nariz no paraba de sangrar, estaba dispuesto a llegar hasta los mordiscos, pero me encajó una patada en el costado y sentí que se rajaban mis costillas. No pude pararme, me llevaron entre dos a la enfermería. Los días siguientes, mis camaradas se turnaron para ayudarme con mis tareas cotidianas, el camba alto a la cabeza, de hecho, me pidió disculpas a su manera: ‘Perdón puej, no sabía que eraj tan frágil, hajta las piedras se mueven máj que vos, si querés te enseño a lanzar unoj golpej pa que te defendaj mejor en otra’, otros la pasaron mucho peor que yo”.

Otro amigo me dijo: “Yo no quería ir al cuartel, pero éramos seis en mi casa y solo mi mamá trabajaba. Comprar libreta era imposible, así que no tuve más remedio que ir. Todo me pareció tan insulso, una pérdida de tiempo, menos los ejercicios de tiro. Me gustaba disparar, me sentía poderoso cada vez que el arma vibraba en mis manos. Uno de los camaradas me enseñó a controlar mi pulso, a respirar mientras apuntaba, y a limpiar el arma. Por las noches nos contaba historias de cómo iba al monte a cazar jochis con su abuelo, nunca olvidaré esos momentos”.

Ser hombre en sociedades como la nuestra, implica experimentar pocos momentos de apertura intersubjetiva, de confianza y libertad de expresar lo que verdaderamente se siente. En espacios como los cuarteles, ineludibles para quienes carecen de los medios económicos para zafarse del “servicio a la patria”, se conjugan momentos de estrés, penuria y mucho dolor, pero que permiten experimentar empatía y solidaridad.

Muchas de los hombres con los que hablé, decían que ingresaron al servicio militar por la libreta, pero consideraban inolvidables a los camaradas con los que habían pasado largas jornadas de fatiga y castigo, encomiables momentos de fraternidad. La pregunta pertinente sería entonces: ¿Es posible construir espacios equivalentes a los cuarteles? Lugares donde jóvenes, de manera voluntaria, reciban enseñanza práctica, gratuita y se les permita entablar lazos de pertenencia con la comunidad a través de servicios solidarios.

¿No sería esa una mejor opción para, poco a poco, sustituir el servicio militar obligatorio? ¿No es insulso persistir en considerar el “servicio a la patria” necesariamente vinculado al sufrimiento corporal y a la violencia psicológica? ¿Resistir estoicamente el dolor, obedecer ciegamente órdenes, en verdad te vuelven más hombre? ¿No es mejor buscar nuevos mecanismos de servicio a la comunidad, que no impliquen perder sensibilidad y acumular daños físicos y mentales permanentes?

 

El autor es abogado y politólogo

Columnas de VLADY TORREZ

25/03/2024
En 2012 dije que era chimán, el censista me miró extrañado y dijo: ¿seguro? Yo le dije que sí, por esas épocas se sentían los efectos del conflicto del...
09/12/2023
Tras la contundente victoria de Javier Milei en la segunda vuelta de las elecciones argentinas del pasado 19 de noviembre han comenzado a surgir imitadores,...
30/10/2023
“Los hombres cometen siempre el error de no saber poner límites a sus esperanzas” es una de las muchas sentencias que han dado a Nicolás Maquiavelo (1469-...
30/09/2023
“Hay hombres en los que los trajes hermosos lloran”, el filósofo, escritor y representante más destacado del renacimiento francés, Michel de Montaigne (1533...

Más en Puntos de Vista

ÁGORA REPUBLICANA
CARLOS HUGO MOLINA Y ROBERTO BARBERY ANAYA
23/04/2024
23/04/2024
CUESTIÓN DE IDEAS
WALTER GUEVARA ANAYA
23/04/2024
LORENA AMURRIO MONTES
23/04/2024
23/04/2024
PAREMIOLOCOGÍ@
ARTURO YÁÑEZ CORTÉS
22/04/2024
En Portada
El exministro de Minería y exgerente nacional de Recursos Evaporíticos Luis Alberto Echazú, de 74 años, fue aprehendido ayer al mediodía en el marco del...
Cientos de personas y vehículos están atrapados en el bloqueo de la carretera al occidente del país en la zona de Llavini por segundo día debido a un conflicto...

La Policía gasificó ayer la marcha de los maestros urbanos durante el primer día de movilización en la ciudad de La Paz en contra de la “jubilación forzosa” a...
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) reactivará cuatro pozos ubicados en los campos maduros Ibibobo, Huayco y Algarrobilla con el propósito de...
La llegada de una pareja de bufeos o delfines de río (Inia boliviensis) por una riada cautivó y cambió la vida de los pobladores del Sindicato Capinota, en...
El vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE) Tahuichi Tahuichi Quispe presentó en la víspera dos anteproyectos de ley que tienen como objetivo, primero, dejar...

Actualidad
El expresidente Evo Morales salió en defensa de su exministro de Minería, Luis Alberto Echazú, quien fue aprehendido el...
La ONU denunció este martes una serie de ataques muy recientes de Israel en distintos puntos de Rafah, la localidad en...
Siguiendo con el plan para recuperar la laguna Alalay este martes, el alcalde Manfred Reyes Villa, concejales y...
Cientos de personas y vehículos están atrapados en el bloqueo de la carretera al occidente del país en la zona de...

Deportes
El club Wilstermann anunció que volverá a contar con un stand en la Feria Exposición Internacional de Cochabamba (Fexco...
El argentino Martin Demichelis, actualmente en el River Plate, está entre los candidatos para relevar a Thomas Tuchel...
San Antonio ganó, goleó y gustó ayer 6-1 en su presentación ante Independiente de Sucre en el duelo de ida de las...
La situación del club Nueva Cliza y otros equipos que tienen dificultades con algunos papeleos para inscribirse en la...

Tendencias
Con una extensión de 165,273 metros cuadrados (16.5 hectáreas), el Recinto Ferial de Alalay puede resultar...
El esperado tráiler de Deadpool 3 generó revuelo debido a la controvertida alusión de Bolivia, lo cual encendió un...
Huawei Bolivia promueve un cambio de paradigma en términos de la participación de la mujer en las Tecnologías de la...
HONOR, la marca de tecnología global, hizo recientemente el lanzamiento de su renovada serie Magic6 presentando dos...

Doble Click
La cuadragésima segunda edición de la Feria del Libro de Granada acogerá el II Encuentro de Escritores Bolivianos con...
El amor por los libros impresos persiste, aunque existen otros que exploran lo digital, según un sondeo que realizó Los...
Los bolivianos pueden presentar proyectos en las áreas de innovación tecnología; cine y audiovisual; deportes;...
El popular cantante francés Kendji Girac resultó herido de gravedad de bala la pasada noche, aparentemente por un...