Batalla de Tumusla
Este jueves, en La Paz, autoridades departamentales de Potosí presentarán oficialmente los resultados de una investigación que ha permitido ubicar un legajo de documentos inéditos del general Carlos Medinaceli Lizarazu, vencedor de la Batalla de Tumusla.
Se ha elegido a La Paz como el lugar para presentarlo por primera vez debido a que de ahí han surgido los cuestionamientos a ese episodio de nuestra historia. Se ha llegado a decir que esa acción de armas nunca ocurrió —un libro reciente le puso la etiqueta de “la fábula de Tumusla”— y, cuando se la admite, ni siquiera se la quiere reconocer como “batalla”, sino que se la degrada a “motín”.
Los cuestionamientos se redoblaron luego de julio de 2023, cuando el investigador Valentín Abecia López presentó la obra en dos tomos Tumusla: necropsia de un fraude que sindica de falsas a 14 cartas que formarían parte de un supuesto “Registro diario” del general Medinaceli. Sin embargo, aquí hay que agregar un detalle: Abecia no pone en duda la batalla, sino la actuación de Medinaceli entre el 9 de enero al 29 de marzo de 1825. Lo que sí hace es calificar el hecho de Tumusla como un motín.
Lo que yo hice desde Potosí fue completar una investigación que había comenzado en 2016 y que arrojó como resultado más de 200 pruebas documentales de que el 1 de abril de 1825 hubo una acción de armas en Tumusla y no fue un motín, sino una batalla. Los documentos que lo prueban forman parte de esta investigación que en breve será puesta a consideración del público con la forma de un libro.
Ya en la fase final, me topé con un documento que jamás había sido mencionado antes: un legajo de cartas que parecen redactadas o dictadas por Carlos Medinaceli Lizarazu entre el 6 de enero y el 3 de octubre de 1825.
Como era de esperar, entre esos escritos hay referencias explícitas a la batalla de Tumusla.
Como mi visión sobre el tema era insuficiente, acudí a dos expertos, ninguno de ellos es potosino: Carlos Rúa, perito en restauración de bienes muebles antiguos y María del Carmen Thompson, paleógrafa que trabajó en el
Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. Los resultados de sus pericias confirmaron, por separado, que el legajo contiene cartas escritas entre fines del siglo XVIII y principios del XIX, así que corresponden al año 1825. También se confirmó que la caligrafía y la tinta son de la época.
No puedo decir más sobre la investigación cuyos resultados se revelarán en el acto oficial de hoy. Cuando eso pase podré hablar libremente sobre los detalles y los presentaré en un libro que debería estar impreso hasta mediados de marzo.
Termino con este apunte: a partir de estas constataciones ya no se puede negar la veracidad de la batalla de Tumusla.
Columnas de JUAN JOSÉ TORO MONTOYA