Las vacunas y el impacto de la desinformación en la salud
Las vacunas, sobre todo para los niños son parte de los programas de salud e inmunización de muchos países en el mundo. En 1974 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció la necesidad de implementar sistemas de vacunación en los países y desde ese momento se han ido implementando. En Bolivia, el programa de vacunación es obligatorio desde los 90s. Su impacto positivo en la salud es altamente reconocido porque se han salvado vidas de millones de personas y han reducido las posibilidades de morbilidades a causa de esas enfermedades que ahora tienen vacuna.
No obstante del valor de las vacunas y de la evidencia que existe respaldando su utilización, desde el Covid-19 , el número de personas que tienen vacilación ante la vacuna o dudas para utilizar las vacunas ha ido en aumento. La razón principal son las redes sociales donde se esparce fácilmente la desinformación sobre las vacunas. Algunos países ya han tomado medidas para prohibir estos mensajes o eliminarlos de las redes. Plataformas como Facebook y Twitter han eliminado la desinformación sobre las vacunas Covid. Sin embargo, es muy difícil eliminar estos mensajes por completo. Estas plataformas han revelado que el traceo de los mensajes dio que 12 personas eran responsables del 65% del contenido antivacunas en las redes sociales y estos mensajes eran retransmitidos por la población.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que cada año se previenen entre 2 y 3 millones de muertes gracias a las vacunas. Los riesgos de efectos secundarios son atribuibles a todo tipo de medicamento, pero el beneficio que se gana de la vacunación es evitar la muerte o severos efectos a la salud física o mental de la persona.
Aun así, los mensajes de desinformación afectan sobre todo a la gente joven que no lee mucho y no es critica con la información de las redes sociales. Por ejemplo, en los Países Bajos, en 2022, la cobertura de vacunación se ha reducido con un 7% en comparación con el 2020. La percepción positiva de las vacunas también ha declinado de un 92% el 2018 a 72% el 2022. Esto es preocupante.
El mejor método para tomar decisiones es la información obtenida de fuentes confiables como artículos científicos, personal médico que no basa sus consejos desde su perspectiva personal o religiosa; sino, desde su base científica.
Columnas de KATHYA CÓRDOVA POZO