Fernando Arze: Considero que es uno de mis mejores trabajos
El actor paceño Fernando Arze Echalar es el ganador de uno de los galardones que cosechó hasta la fecha el filme nacional Los de abajo, del cineasta tarijeño Alejandro Quiroga.
El artista obtuvo el premio al Mejor Actor en el Festival de Cine de Moscú por la personificación de Gregorio en la cinta nacional.
Fernando, ¿cómo se produce su incursión en el filme Los de abajo?
Alejandro me presentó el guion cuando estaba aún en desarrollo, después de un taller de actuación, en el que diserté. Me encantó el guion, le di algunas sugerencias y, poco tiempo después, me envió una nueva versión. Me enamoré mucho más del guion y le dije que, por favor, me considere para el papel de Gregorio. Él estaba muy contento, y tiempo después estábamos filmando la película.
¿Considera que la trama de la película es simple con un mensaje enérgico?
Es una historia bastante directa, bastante simple, entre comillas, porque en realidad es sobre un hombre que está buscando agua para su familia y confronta algunos problemas desde la comunidad en donde vive con el municipio y los más pudientes económicamente, socialmente. Entonces, lo que le da profundidad, creo yo, y esto tiene que ver cómo es Gregori, también de dónde viene, qué es lo que le ha pasado, y su carácter, porque es una persona muy dura, debido a que está cargando con un resentimiento con la vida, es una persona tremendamente terca. Sin embargo, tiene un amor por su familia y la manera de demostrar ese sentimiento es enfrentándose a todos estos poderes que posiblemente lo van a aniquilar a él. Gregorio sabe que esa es una posibilidad muy grande. No obstante, los enfrenta de todas formas. Esa terquedad no le permite compartir sus sentimientos, sus ideas, sus propósitos, y eso le hace una persona muy solitaria, muy dura. Hay que tener una resiliencia tremenda para vivir en el campo, o donde el clima es tan cambiante, y donde el agua te puede faltar.
¿Hay algo de Gregorio en Fernando Arze?
Creo que Gregorio vive una realidad muy diferente a la mía. Son realidades completamente diferentes las que vivimos. Creo que mi realidad es mucho más fútil que la de Gregorio, porque él es una persona que incluso nunca supo soñar con cosas buenas para él y su familia y nunca le dijeron que tenía ese derecho. Nosotros estamos viviendo una época en donde tenemos el derecho de soñar y luchar por nuestros sueños y es un privilegio muy moderno, muy de ciertas regiones, de un país, especialmente como Bolivia. Tal vez el parecido es el mismo hecho de ser artista en un país como el nuestro, en donde está luchando con poderes que te quieren aniquilar. En ese sentido si somos iguales y siempre estamos buscando estrategias para poder continuar lo que queremos hacer, porque el hacer arte o crearlo, o hacer cine y teatro, como en mi caso, es una forma vital para sobrevivir, para nosotros es parte de nuestra vitalidad como ser humano. Yo trato de luchar contra ciertos poderes que tratan de achicarte constantemente.
¿El galardón que recibió en Rusia puede replicarse en otros festivales internacionales?
Uno no hace las cosas para ganar premios, pero cuando uno lo conquista es muy lindo. El galardón de Moscú es increíble si uno revisa la lista de los actores que ganaron premios en ese festival, es tremenda. Ser incluido en esa nómina tan maravillosa, con actores, con carreras tan increíbles, es un honor, y no creo que vaya a repercutir en otros festivales porque cada evento tiene su propio carácter, su propia historia. Sin embargo, espero que genere una vibración, no solo el premio de Moscú, sino el de Sonia Parada en Mar del Plata, Argentina. Que le otorgue un poco de peso a la película para ingresar a otros festivales, por lo menos para poder competir y para que el filme, el cine boliviano se vea. Es algo lindo ganar premios si es que de alguna forma repercuten.
¿Qué rescata de esta nueva experiencia como actor?
Ver la película me da un sentimiento de que hemos producido algo muy bien hecho. Tenemos que tener orgullo, puesto que Alejandro Quiroga (director) y Álvaro Olmos (productor) y el resto del equipo vieron desde el principio que esta película tenía mucho potencial, lo mismo que yo cuando leí el guion. Creo que valió la pena, porque en el aspecto actoral, considero que es uno de mis mejores trabajos, sin duda.
¿Cuán difícil es hacer cine en Bolivia?
Claro que es difícil hacer cine en Bolivia, porque no hay apoyo y no hay políticas culturales que impulsen a continuar produciendo. De las experiencias que he tenido haciendo cine dentro y fuera de Bolivia, en el país he tenido historias increíblemente maravillosas, tremendamente humanas, porque las dificultades se transforman en unas ganas de seguir haciendo cine. Mientras menos apoyo desde el Estado, más ganas nos da hacer cine.