“Pasaporte” de Vaca se edita en Chile
Hernán Dinamarca
Escritor y académico
Conversando con Claudia Vaca, joven y avezada poeta, me decía que “‘Pasaporte’ busca desnudar miseria que no lo parecen…”. Y lo logra. Ella es implacable, libre. Desnuda la miseria de las visas y la soberbia citadina del que se siente perteneciente a un lugar donde no cabría el otro, gestando así la “migraña del migrante”. Desnuda las dictaduras, cómo no, tan propias de nuestra América crisol de colores y culturas, y también desnuda los vicios y falencias de las democracias. Desnuda la violencia destructiva en ríos, selvas, glaciares, mares, desiertos y montañas de nuestra magnifica tierra americana; violencia a nombre del progreso, del empleo y de la cárcel de los créditos para financiar el consumismo desbocado.
La poeta es intrépida a la hora de mostrar nuevas contradicciones. A la vez que entraña a nuestras voces ancestrales, no duda en cuestionar lo que llama el nacimiento en el siglo XXI del “marketing de las etnias americanas…”. La poeta Claudia Vaca asume a cabalidad el simbolismo del “Pasaporte”: éste abre y cierra mundos, a veces facilita una entrada libre y segura, otras impone en las fronteras una formalidad burocrática e insegura. Ella no cree en las fronteras. Si hay alguna frontera —nos recuerda—, es el cuerpo (tal vez), las demás son arbitrariedades culturales. Su grito: basta de visas, aduanas, máscaras, en una América que es diversa y única.
En el epígrafe, de Jéssica Freudenthal, la poeta nos revela su mirada en un sugerente juego de palabras. “El lector es un e-lector… en la medida que lee, piensa; ejerce con mayor eficacia el derecho a la libertad…”. Claudia postula un E-Lector PoÉtico: alguien que lee y elige en libertad, animado por una palabra desde su ética, su pensamiento, su filosofía y su ser político poÉtico.
¿A qué nos invita Claudia? A dibujar “en el país-boceto/tu conciencia y tu rostro/tu cuerpo-país/definiendo el tipo de visa que te dejará en el mejor lugar del mundo/el que te atrevas a forjar…/uno libre en tu interior/donde convoques tus propias riquezas/y escribas la verdad que te alimente”. Estos versos de Claudia hacen del libro un ejercicio para la escritura y la conciencia, Claudia Vaca recupera el sentido de la poesía, nos invita a fabricar nuevos versos, nuestra propia voz de habitantes terrestres, para, como ella misma dice: “(En)tender es tender puentes, soltar hilos para el tejido/entre dos o más puntos de vista y de oído/idiomas hablando/con todos los sentidos y sinsentidos…”.