Rusia lanza bombardeo sobre Járkov, la 2ª mayor ciudad de Ucrania
JÁRKOV/MOSCÚ, Efe
El impacto en el centro de Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania, de varios misiles rusos provocó ayer al menos nueve fallecidos, entre ellos un bebé de cinco meses, y una veintena de heridos. Uno de los fallecidos es el esposo de Elena, que encontró su cuerpo al entrar en el metro.
Los impactos se produjeron hacia las 3 de la tarde hora local (8 horas en Bolivia) en puntos como la estación de Metro 23 Serpina de Járkov, cuya área metropolitana tenía unos dos millones de habitantes antes de la guerra, aunque muchos fueron evacuados.
Elena, de 64 años, había llamado a su marido porque al salir del trabajo vio que había olvidado las llaves de casa.
Irremediable
La mujer relató a Efe que escuchó el primero de los misiles cuando iba a la estación, donde había quedado encontrarse con su marido, Oleksiy, de 65 años.
Al acercarse al metro encontró un herido e intentó ayudarle, con una bolsa de gasas y otros útiles de primeros auxilios que le lanzaron en una bolsa desde un edificio unos vecinos.
Luego escuchó otra explosión, pero al llamar de nuevo a su marido, no respondía. Cuando entró en la estación, encontró su cuerpo y estalló en llanto, hasta que fue acompañada por un policía escaleras abajo mientras la consolaba.
Hacía 10 minutos que había hablado con él por el teléfono móvil y “ahora no podemos devolverle la vida”, lamentaba mientras era atendida por personal del servicio de emergencias.
Yegor, un hombre que presenció la escena, contó a Efe que cuando subía las escaleras de la estación vio a un señor que entraba, se escuchó una explosión, un trozo de proyectil entró por la ventana y le golpeó.
Él avisó, a dos policías que había cerca, que había un herido y le intentaron ayudar, pero no fue posible salvarle la vida. Era el marido de Elena.
Llanto y nervios
En el exterior, entre una y otra explosión, pues al menos dos misiles cayeron junto a la estación, un grupo de policías y un par de mujeres ayudaban a un militar herido, que sangraba por una pierna.
Cuando estalló el segundo de los misiles cerca, acababa de llegar una ambulancia, que pudo evacuarle entre el humo de vehículos que ardían en el aparcamiento del metro.
Los policías y las mujeres se refugiaron entonces en el subterráneo, donde tres heridos eran atendidos por otros agentes y por gente que estaba en el metro.
La mayoría se había refugiado en los andenes, lo más profundo posible, ellos atendían como podían a los heridos hasta que llegaron las ambulancias y los evacuaron.
Muchos de los que se encontraron con la escena no pudieron evitar el llanto ni los nervios, hasta que poco a poco la estación fue recuperando cierta calma, entre restos de sangre y cristales rotos.
Quienes se atrevían a abandonar los túneles del metro lo hacían con precaución, mirando desde dentro al exterior para ver si era seguro, dando pasos cortos.
Járkov, en el este de Ucrania, está cerca de la frontera rusa, con el frente de guerra aún próximo a la ciudad, y en los últimos días hubo ataques con misiles en los alrededores, pero sin provocar víctimas como la jornada trágica de ayer.
Blancos civiles
Según fuentes de la autoridad militar regional, reproducidas por el portal Ukrinform, los ataques se lanzaron desde el norte de la región y solo contra las áreas residenciales, “por lo que el enemigo está aterrorizando a la población civil, lo que no se observó en las últimas semanas debido al éxito del ejército ucraniano”.
Al final de la tarde de ayer, la autoridad militar advirtió que “todavía es peligroso caminar por las calles de Járkov”.
Agregó que, además, se registraron bombardeos rusos en los distritos de Derhachiv, Zolochiv y Chuhuiv, y que continuaban intensos tiroteos en el norte de la región.
El Estado Mayor ucraniano informó ayer de al menos 63 ataques con misiles y 41 bombardeos aéreos entre el 19 y el 26 de mayo, la mayor parte de los cuales fueron contra infraestructuras ferroviarias y otros objetivos del este del país.
Los ataques se producen tanto sobre ciudades como sobre pequeñas poblaciones, lo que según el mando ucraniano apunta a una nueva fase de la guerra que se abrió con la invasión iniciada el pasado 24 de febrero.
Moscú alerta “escalada inadmisible” si Kiev llega a atacar territorio ruso
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, advirtió ayer en Moscú contra el suministro a Ucrania de armamento capaz de alcanzar territorio de Rusia, lo que sería una “escalada inadmisible”.
“Occidente ha llamado a asestar a Rusia una derrota en el campo de batalla y para ello hay que continuar la guerra, suplir con armamento a los nacionalistas ucranianos, al régimen ucraniano, incluido armamento que pueda alcanzar la Federación Rusa”, dijo Lavrov en una entrevista.
Agregó: “Esperemos que las personas con sentido común en Occidente, de los que aún quedan unos pocos, entiendan esto”.
Zelenski insistió esta semana en su demanda de que Occidente suministre armamento a Kiev “sin excepciones ni límites, lo suficiente para ganar”.
Ucrania ha recibido los cañones estadounidenses Howitzer, que tienen un alcance de 40 kilómetros, pero Washington, según la prensa, se niega a satisfacer la petición de Kiev de enviarle lanzaderas de misiles.
Según la prensa estadounidense, EEUU teme que el Ejército utilice dicho armamento pesado contra territorio ruso.