Una vez recuperada la democracia… ¿Qué?
Carlos Mesa, expresidente y vocero de Bolivia en la causa marítima, prometió repetidamente no entrar a la contienda electoral. Según sus propias palabras, el Gobierno le empujó a entrar en el ruedo. En ese momento yo me pregunté: ¿cuál era la intención del Gobierno al invitar de una forma tan obvia a su mayor opositor en potencia?
Durante un tiempo después de eso, sus estadísticas ascienden hasta que, en un sondeo de intención de voto realizada por Página Siete, logra el hito: vence a Evo Morales en una encuesta. Todo indicaba que su campaña iba bien, sus defensores pronosticaban una victoria segura sobre el oficialismo, si no en primera al menos en segunda ronda. Sin embargo, a partir de ese momento, la intención de voto empezó a disminuir hasta que, en la actualidad, se llega a dudar de la posibilidad de la segunda vuelta, ya que los últimos sondeos lo sitúan hasta a 17 puntos del MAS. ¿Qué causó esta reducción tan drástica, tan dramática para la democracia, según los activistas de este candidato?
Habiendo leído los programas de gobierno de los nueve partidos y alianzas en contienda, Comunidad Ciudadana tiene el menos innovador de todos, incluidos el MAS y PanBol. Promete continuar la misma política financiera que su antecesor, incluyendo tipo de cambio. Promete reformar la justicia y la Policía, pero no dice ni cuándo ni cómo. Se dicen los objetivos a conseguir, pero jamás se menciona cómo se los alcanzará. Misma omisión en lo referente a educación, y muy poco se dice de salud. Para demostrar que es un asno en piel de león, un ejemplo reciente: un grupo de disidentes de CC en la zona sur salen de esa alianza para unirse ¿a quién?, al MAS.
La propaganda que se hace para Mesa, desde columnas de opinión en los diarios, por sus seguidores y hasta por él mismo en redes sociales, es bastante repetitiva: “O votan por Mesa o seguirá en el gobierno la bestia de ocho cabezas y 12 cuernos”. La misma razón hizo que Edwin Rodríguez abandone a Ortiz, y la misma que alegan los comités potosinos al alejarse de Bolivia Dice No. “Defendamos la democracia a cualquier costo”. Este tipo de campaña se está desgastando, y estará aún más desgastada en dos meses. Están constantemente a la defensiva; sienten que todo ataque o toda campaña de alguien más solo le quita votos a su candidato estrella, quien debe ganar.
Es momento de preguntarse: ¿logrará revertir Mesa el bajón o seguirá perdiendo votantes? Me parece que un tuit publicado por un acérrimo defensor de Mesa, responde a tal pregunta: “En situaciones normales, la opción más lógica sería votar por Ortiz, pero en este momento lo que está en juego es la democracia”. Es decir, lo único que se espera del candidato de CC es que “limpie la casa”, institucionalice una vez más al país. Pero la imagen que refleja es la de alguien suave, indeciso. Aun en caso de que gane, ¿logrará cumplir sus promesas pese a la oposición que generará su gobierno?
Habiendo expuesto esto, resta la pregunta: Estando plenamente informada de sus propuestas, ¿cuánta gente votaría por Mesa? O, dicho de otra forma: si otro candidato opositor llega a superarlo, ¿cuántos votos perderá en ese mismo instante? Su voto, a diferencia del MNR o incluso el MTS, es absolutamente emotivo, no tiene más sustento que su promesa de ganar, promesa que se va difuminando y perdiendo cada vez más. Si él gana, puede que se mantenga la democracia, pero la crisis, vaticinada por el propio Mesa, le llegará a Bolivia sin atenuante alguno por la inacción de su mandatario.
Así, pues, propongo que quitemos del camino al FRI y su candidato y pensemos en la siguiente etapa: ¿lograremos concentrar el voto en un solo candidato, para vencer a este régimen no solo democráticamente, sino también ideológicamente?
El eterno problema de Bolivia es que sus habitantes no ven más allá de sus narices: estoy plenamente de acuerdo en que debemos salvar la democracia, pero debemos pensar a largo plazo, en el desarrollo democrático del país. Es necesario dejar de tener un gobierno injerencista, metiche, gigantesco e irracional. La verdad, no es mi intención hacer proselitismo por nadie, ya que no estoy afiliado a ningún partido; pero si me lo preguntan, en este momento mi voto se debate entre Ortiz y Lema. El uno, porque no presenta grandes inconvenientes y tiene apoyo; el otro, porque tiene un programa impecable y desde mi punto de vista, en situaciones normales, sería la opción más lógica.
El autor es ciudadano boliviano
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