La nueva realidad
Mientras una tormenta de nieve cae sobre Gotemburgo cubriéndolo todo de un manto blanco, la mente no se separa de nuestra Bolivia y los avatares poselectorales que tienen absorta a la ciudadanía que no termina de salir de su asombro. Ha perdido el MAS.
¿Cómo pudo ser que, a poco de las elecciones generales, en estas subnacionales “la tortilla se hubiese volcado? y para convencernos están ahí los resultados que exhibe la página web del Órgano Electoral, por departamentos, por capitales, por provincias. La evidencia es contundente, no admite duda, salvo allí donde se repetirá el evento.
Los medios marcan “el Gobierno tiene que saber que hay que corregir el rumbo, abrir el diálogo y recibir el aporte de los disidentes para encarar un Gobierno orientado al bien común”, dice El Día, de Santa Cruz, recomendando generar consenso para arrancarle al Gobierno la nueva política contra el perverso sistema administrativo existente.
“Desde ambas veredas, considera Los Tiempos, los discursos son triunfalistas. El MAS se siente ganador, aunque consiguió sólo dos de las nueve gobernaciones y cinco en veremos para la segunda vuelta”. En la oposición se festeja los resonantes triunfos en las alcaldías de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, y de El Alto, donde está concentrada la mayor población de Bolivia, lo que le da una innegable ventaja económica. El análisis no es tan complicado, lo que se puede ver es que todos han perdido espacios, oficialismo y oposición por lo que no deberían tener mayores motivos para celebrar. Los Tiempos se detiene en el análisis de La Paz, de Santa Cruz y de El Alto, lo hace con la altura de miras habitual en el diario cochabambino.
Se ocupa El Deber, de Santa Cruz de las fallas en esta elección. La ausencia de jurados, demora en apertura de mesas, impugnaciones de actas, la complejidad de una elección donde recibir dos papeletas y marcar cinco casillas, hubo carencia de capacitación que debió merecer dedicación más cuidadosa. No se midió el efecto de la pandemia que influyó en la asistencia de electores y en los riesgos de contagio en las nueve horas de funcionamiento de las mesas receptoras. Menciona El Deber el ”acarreo de electores” al mejor estilo masista, esta vez bajo denuncia oportuna de los ciudadanos y que conducirá a repetir el voto en las zonas afectadas.
En suma, aun cuando no se conocen las cifras de todo el proceso, es un hecho que estas elecciones han dado paso a “una nueva realidad” que necesariamente ha de influir en la administración de la nación. en las relaciones entre gobierno central y las gobernaciones y las alcaldías, según lo expresan los medios, se están dando los cimientos sociales y políticos para modificar el molde y descentralizar la administración y concede mayor libertad a las regiones para el mayor desarrollo colectivo.
El autor es periodista
Columnas de MAURICIO AIRA