El fracaso de Cuba
La diputada masista Deysi Choque, sin proponérselo, y quizá sin saber ni leer ni escribir, acaba de anunciar que Bolivia no seguirá los pasos de la dictadura de Cuba, un cambio radical en la ideología del MAS.
A propósito del acopio del arroz por parte de Emapa, la señora Choque dijo que esa institución dejará de comprar la producción nacional para venderla luego con un precio subvencionado.
Claro, cuando había ingresos del gas, se podía jugar a controlar los precios del mercado interno ofreciendo productos con precios subvencionados, en la eterna guerra de los comunistas con el libre mercado.
“No queremos ser como Cuba. No podríamos comprar todo el arroz que se produce en el país porque la producción aumentó”, dijo la diputada.
El desastroso manejo de la industria petrolera que hizo el MAS, con la desatinada y mentirosa “nacionalización” de 2006, está dando sus resultados, como la escasez de combustibles, pero también provoca que algunos masistas descubran que el camino cubano es un suicidio.
Este descubrimiento se da cuando el heredero de la dinastía Castro en Cuba, Díaz Canel, comienza a admitir que la revolución ha fracasado, que no tiene ni alimentos ni combustibles para los cubanos que quedaron en la isla (sólo en dos meses, 35.000 refugiados cubanos se fueron a Miami a bordo de neumáticos Good Year.)
Se eliminan las cartillas de provisión de algunos alimentos, que al comenzar la “revolución” eran suficientes, pero luego fueron disminuyendo, mostrando en las cifras cómo es que la eliminación de la propiedad privada acaba con la producción.
En 1922, millones de rusos murieron de hambre como resultado de la confiscación de las tierras y la eliminación de la propiedad privada, lo que llevó a miles de rusos a comerse los cadáveres, como lo reconoció el propio Lenin.
La revolución cubana ha tenido la virtud de anotar entre sus hazañas el haber provocado la peor cosecha de caña de azúcar en un siglo, el año pasado.
A cambio de los miles de balseros que llegan a Miami, de Estados Unidos se embarcan a Cuba diferentes alimentos por un monto anual de 5.000 millones de dólares. Lo del “embargo” es un discurso que se usaba para justificar el fracaso de la economía cubana.
Por todo esto, está muy bien que la señora Deysi Choque, diputada, sea la primera militante del MAS que nos da a los bolivianos la buena noticia de que no seguiremos la ruta de los cubanos, la económica, porque la otra, de las llantas, sería muy difícil.
Columnas de HUMBERTO VACAFLOR GANAM