Feriados del Bicentenario
La declaratoria, por decreto, de nueve feriados departamentales —vigentes sólo este año— es una iniciativa cuyo impacto puede contribuir sobremanera a dar el brillo que merece a la conmemoración del bicentenario de la independencia de Bolivia.
Es así por dos razones:
La primera tiene que ver con la “responsabilidad de transmitir la historia a las nuevas generaciones, conmemorando el valor de grandes héroes y heroínas que sentaron las bases de una Patria digna y soberana”, como bien lo enuncia el mencionado decreto en uno de sus considerandos.
La segunda deriva de otro de los propósitos de esa medida: “conmemorar (...) las rebeliones indígenas anticoloniales y las batallas independentistas en las que hombres y mujeres lucharon para emanciparse, promoviendo una voluntad inquebrantable de erigir un Estado libre e independiente”.
Esa libertad e independencia es resultado de décadas de luchas y otros hechos heroicos cuya historia no es familiar, pero desconocida en sus detalles e impactos trascendentales para nuestra emancipación.
Tumusla, Suipacha, Aroma … son nombres de batallas que hoy, para cualquier boliviano, resultan conocidos porque denominan vías públicas de varias ciudades.
Esos tres hechos de armas serán mejor conocidos este magno año del Bicentenario, pues cada uno marca un feriado, departamental:
El de Potosí, el 1 de abril, cuando hace 200 años se produjo la batalla de Tumusla, “uno de los eventos finales de las guerras de independencia hispanoamericanas”.
El de Tarija, el 7 de noviembre, pues ese mismo día, pero de 1810, tuvo lugar la batalla de Suipacha, Potosí, donde la acción de las tropas patriotas tarijeñas fue determinante para vencer a las realistas.
Y el de Cochabamba, el 14 de noviembre en conmemoración de la batalla de Aroma, departamento de La Paz, donde en 1810 los patriotas vencieron a los españoles gracias a la participación de una milicia libertaria cochabambina.
Solo esos tres ejemplos evidencian la riqueza de una historia gloriosa forjada por personajes ejemplares que los feriados departamentales de este año tendrían que contribuir a conocer mejor.
Y ese conocimiento de los hechos históricos y de los altoperuanos que nos independizaron tiene que contribuir al reencuentro de los bolivianos de hoy con esa “voluntad inquebrantable de erigir un Estado libre e independiente”, promovida de manera ejemplar por “hombres y mujeres lucharon para emanciparse”.
Ese ejemplo de unidad, entrega y patriotismo de indígenas, mestizos, criollos y europeos que renunciaron a su militancia realista para luchar por nuestra independencia, tiene que inspirarnos a vencer nuestras diferencias y construir la Bolivia que legaremos a nuestros descendientes.