Génesis del lector: ¡Leer es cavar!
Claudia Vaca Flores
Escritora y filóloga
¿Cuál es tu génesis como lector y qué es leer?, han sido las preguntas con las que he iniciado los talleres de lectura, literatura o escritura creativa con participantes de diversas edades y oficios, que asistían a mis talleres de lectura en las bibliotecas, universidades y colegios, las respuestas han sido diversas, me permitían conocer los intereses y la experiencia que cada uno tenía con la lectura, repasar mi propia concepción de lectura y obtener un breve diagnóstico de los participantes y el contexto.
Si nos remitimos a la etimología de leer, desde el latín legere veremos que leer no es únicamente decodificar un alfabeto, sino un acto de búsqueda, de seleccionar lo que encontramos en esa búsqueda, de elegir, de decidir; entonces leer es un acto poÉtico y político: la poiesis y el ethos como parámetros para la construcción y deconstrucción estética y ética que está implícita en todo acto de lectura, partiendo de lo intracultural y derivando en la hipertextualidad del siglo XXI. Es un acto político porque desde nuestra plenitud de lectores aumenta nuestra capacidad de agencia política y cambio social, en las estructuras del sistema en el cual nos desenvolvemos, la democracia se alimenta de los lectores (o no lectores, eLectores), la democracia del día a día, no únicamente la electoral.
Esto no significa que leer es todo y nada, sino que más allá de la decodificación de un alfabeto, está la riqueza de cada persona para interpretar lo que lee en ese alfabeto, o en esa imagen, lo que comprende cada persona de acuerdo a su mundo interior, idiosincrasia, y el contexto en el cual se desenvuelve. La consideración de los orígenes de la escritura en los pictogramas, el viaje de las tablas de arcilla a las tablet digitales. Como mediador de la lectura, mediador cultural, profesor, bibliotecario, madre, padre de familia, ciudadano, etc. es esencial considerar estos aspectos sociológicos, semióticos, históricos y antropológicos en la experiencia de la lectura.
A lo largo de mis viajes dando talleres de lectura, literatura, a diversas edades, entre un barrio y otro, entre una ciudad y otra, un país y otro del nuestro continente latinoamericano, observé que más allá de las políticas públicas y la atmosfera que debieran brindar los gobiernos de los países, mientras ellos hacen o no su parte, nosotros como lectores podemos hacer la nuestra, para gozar de los libros y la lectura: cavar en nuestro ethos lector, es decir, nuestro comportamiento como lectores, nuestro modo de ser lectores, nuestros hábitos, nuestro modo de ser en relación con los libros y la lectura.
Cavar para seguir recolectando (junto al Colectivo LEE), experiencias de escritores, profesores, bibliotecarios, mediadores de lectura, articular una red latinoamericana que haga circular la fuerza de cada autor (de libros, obras teatrales, musicales, danza, fotografía, pintura, escultura, cine, etc.), para dialogar con la genética de su imaginación, dejar que se asiente en nuestro mundo interior la imáGen que proyectan sus libros, sus palabras, sus colores, movimientos, guiños, etc. y así seguir construyendo la más poderosa fuerza, huella de la genética humana, que supera y sobrevive al flujo sanguíneo: LA IMAGINACIÓN; allí está el Gen de cada uno de nosotros, que se cultiva desde la lectura, sea cual sea el código.
Leer te ubica en otro lugar, cualquiera sea el régimen instalado, te devuelve la voz y el oído, podemos sentir esta afirmación en las cartas de Lorca durante la guerra civil española, o las de Dostoyevski encarcelado en la Siberia, o en el texto Medio pan y un libro de Lorca. Leer es un acto intrapersonal y colectivo al unísono, que nos permite sentirnos contenidos, comprendidos, respetados en nuestros valores y bagaje cultural, permite que sobreviva nuestro espíritu a las adversidades del tiempo y el espacio.
En el oficio de invitar a una persona a leer, en sociedades llenas de adversidades a nivel de políticas culturales y educativas para la lectura, donde las competencias lectoras no han llegado a su plenitud en los procesos de alfabetización, infraestructuras, porque se quedan en la estadística que le sirve al Ministerio y al Gobierno de turno. En estos contextos es esencial explorar el ethos lector del ciudadano y la génesis del lector, desde las diversas expresiones artísticas, como textos que forman parte del proceso de lectura, desde una perspectiva semiótica (Barthes) y la gramática del discurso (Van Dijk). Desde estas perspectivas se podría responder a las ausencias instaladas en el sistema educativo y en las mismas familias con sus prácticas culturales distantes al libro y la lectura, para transformar creativamente la realidad, articulando la lectura con diversas actividades como: teatro, cómics, cuentacuentos, pintura, literatura, música, cine, danza, matemáticas, ajedrez, etc. dado que la lectura atraviesa todas las áreas del desarrollo humano y es necesaria en el aprendizaje de todas las artes, ciencias y oficios. Al respecto, autores como Michèle Petit en Leer el mundo y Bernard Lahire en Sociología de la lectura, tienen valiosos aportes, para mediadores, pedagogos, lectores, y sobre todo para entender la relevancia de las políticas públicas en torno al libro y la lectura, Emilia Ferreiro es el referente latinoamericano para abordar la lectura, en cuanto a práctica cultural y educativa.
En ese sentido es relevante preguntarnos como sociedad: ¿qué valores y qué lugar tienen la lectura y el libro en nuestro presupuesto familiar, en tiempo y dinero, son parte de la canasta familiar, de nuestro tiempo de dedicación?, luego de responder estas preguntas, es recomendable replantearse hábitos al respecto, empezar a compartir en familia algún libro que les guste, algún cuento, poema que sirva de pre-texto para generar diálogos que enriquezcan más los alimentos a ingerir durante las confraternizaciones; transformar la conducta del lector, replantear el valor de la lectura como una experiencia cultural junto a las experiencias culinarias, presupuestar el libro junto a los alimentos de la canasta familiar, porque es un alimento básico para el desarrollo humano; que permite cavar en la historia del ser. Desde sus personajes, sus autores, un contexto determinado, la propia imaginación, la vida del mismo lector, de sus interlocutores, lo olvidado y lo pausado en algún momento de la vida, etc. ¡leer es cavar!
La génesis del lector se define como el acto de escuchar a quien se lee, su intimidad, respetarnos, enojarnos, reírnos, llorarnos, sentirnos, vivirnos; todo esto transforma enormemente el acto de leer en un acto poÉtico y político.
DIÁLOGO
"Leer es cavar en tu propio interior y establecer el diálogo con la cueva y los símbolos del otro, su mundo, su imaginario, hilar las luces, la oscuridad, la sombra.
(Claudia Vaca)