Volar por tierra. La eficiencia del Tren Bala chino que está llegando a Latinoamérica
Un joven dormía plácidamente en su silla reclinada gozando de un ventanal que, a duras penas, permitió identificar los árboles difuminados por la gran velocidad. La rapidez del viaje, casi imperceptible en el interior, era disimulada por un vaso de agua lleno que se mantuvo estático en su mesa ante los más de 360 kilómetros por hora (km/h) registrados en una pantalla led sobre el ingreso de cada nuevo vagón.
Este pequeño y común ejemplo refleja cómo viajar en el transporte terrestre más rápido del mundo se asemeja bastante a volar en un avión comercial, e incluso puede evidenciar mayores comodidades.
El tren de alta velocidad. o popularmente conocido como “tren bala”, es una de las innovaciones tecnológicas más impresionantes en cuanto a cómo el ser humano puede desplazarse a largas distancias en tiempos cortos, a precios más accesibles y con más beneficios, como gozar de un delíveri interno a cualquier momento durante su viaje.
China, pionera en este transporte, ha adaptado su sistema de viajes en las ciudades en las que cuenta con mayor población, conectando las provincias más importantes del país. En esta oportunidad, Los Tiempos se sumergió en un viaje desde la capital del Gigante Asiático, Beijing, hasta la cuarta provincia con mayor población, Jiangsu, en el tren G-9.
UN VIAJE ÚNICO
Una travesía que en un tren habitual duraría al rededor de 10 a 12 horas, en tren bala se realizó en dos horas con 20 minutos, casi equivalente al vuelo entre estas provincias que está estimado en dos horas.
Durante este tiempo, los trenes bala en China, conocidos como “Fuxing” o “CRH” (China Railway High-speed), ofrecen una variedad de servicios internos considerados de alta calidad para garantizar una experiencia cómoda y eficiente para los pasajeros. Como en los aviones, los servicios varían entre primera o segunda clase y los lugares están destinados desde la compra del pasaje, que puede ser en línea o en la misma estación.
Sin embargo, los servicios más comunes incluyen asientos cómodos y espaciosos con mesas despegables, cuentan con conexión eléctrica para cargar la batería de dispositivos electrónicos, en algunos casos cuentan con pantallas de video con diferentes opciones de entretenimiento.
Dentro de lo más innovador, cada asiento cuenta con un QR por el cual el usuario puede conectarse a una red wi-fi y a los servicios de delíveri de alimentos. Asimismo, existe un menú virtual en el que el pasajero goza de la variedad de comidas y bebidas, como bocadillos, té, agua y bebidas frías y hasta souvenirs, que pueden contar con mayor elaboración si es una clase superior.
Por si fuera poco, uno puede optar por solicitar alimentos de diferentes franquicias externas realizando el pedido y recibiéndolo en la siguiente parada en su mismo asiento. Algunos trenes tienen carritos de alimentos que circulan por los pasillos, permitiendo a los pasajeros comprar bocadillos y bebidas, además de un vagón destinado a la venta de todos estos y que brinda la opción de pasear por los vagones.
Las facilidades sanitarias se adecuan a su modernidad, con baños tanto para hombres como para mujeres, con los elementos básicos necesarios, limpios, elegantes e iluminados. En algunas rutas de larga distancia, hay instalaciones para bebés y personas con discapacidades, como también personal a bordo que puede asistir a los pasajeros en caso de cualquier problema o consulta.
Los costos de viajar en tren bala en China varían según diferentes factores, como la distancia del trayecto, la clase de asiento, la ruta específica y la temporada, ya que los precios pueden ser más altos durante ferias, festivales o vacaciones nacionales.
Sin embargo, los costos estimados van desde los 70 yuanes, que equivalen a 10 dólares, hasta 280 yuanes (40 dólares ), aproximadamente entre 40 y 70 por ciento menos que el costo de un pasaje de avión.
¿LLEGA A LATINOAMÉRICA?
Viajar por tierra con semejante eficiencia y con todas estas comodidades a un precio accesible y mucho menor a un vuelo comercial podría ser utópico en muchos pensamientos de realidades alejadas al primer mundo; no obstante, uno de los primeros acercamientos de esta tecnología en transporte a Latinoamérica es Perú.
El país incaico tiene contemplada la construcción de un tren bala con el financiamiento de China de 6.500 millones de dólares.
Este megaproyecto, conocido como el Tren Lima-Ica, conectará la capital peruana con la región de Ica, marcando una transformación importante en la movilidad y la economía no sólo del país, sino una proximidad de esta realidad innovadora, eficiente y accesible a Latinoamérica.