Hay riesgo de epidemias en zonas turcas devastadas por los sismos, escasa ayuda llega a las periferias
El peligro de epidemias comienza a amenazar a las 10 provincias del sureste de Turquía golpeadas por los terremotos del lunes, una amplia zona en la que viven 13 millones de personas y en la que los servicios básicos han quedado muy dañados.
Según coinciden los especialistas, los aseos portátiles son una necesidad prioritaria, hay una terrible escasez de todos los materiales de higiene, no hay agua y decenas de miles de personas se encuentran a la intemperie bajo un frío glacial.
“Uno de los problemas más importantes son los aseos portátiles. La situación de las mujeres es especialmente difícil. También es una necesidad esencial para el personal de rescate”, señala el diario Hurriyet, que denuncia la falta de material de higiene, medicinas y otros bienes básicos.
Desesperación
Onder Isleyen, miembro de la directiva de un pequeño partido de izquierda, señala por teléfono a Efe desde el distrito de Defne, en la provincia de Hatay, una de las más afectadas, que teme que pronto pueda darse una epidemia.
En Hatay denuncia que la situación no ha cambiado en los últimos días, no hay ningún tipo de organización y critica que pese a que abundan los voluntarios, no hay equipamiento ni materiales.
“La desesperación es total. No hay tiendas, ni material de limpieza, ni aseos. Esto es un peligro para la salud pública”, explica.
Isleyen indica que los trabajos de rescate se concentran en las zonas céntricas de las ciudades, pero que las ayudas han llegado con cuentagotas a otras áreas periféricas o a localidades pequeñas.
Fin de búsqueda en Siria
El grupo de rescatistas Cascos Blancos declaró ayer el fin de las operaciones de búsqueda de supervivientes en las áreas opositoras del noroeste de Siria golpeadas por los terremotos, después de no haber hallado a nadie con vida bajo los escombros desde el jueves.
La organización anunció que “las operaciones de búsqueda y rescate han sido dadas ahora por finalizadas”, y recordó que sus equipos “trabajaron incansablemente durante 108 horas en más de 40 ciudades, pueblos y aldeas”, en las que 479 edificios se derrumbaron completamente y 1.481 registraron daños graves.