Remezones para el Gobierno transitorio
El Gobierno transitorio de la presidenta-candidata, Jeanine Áñez, tuvo ayer una especie de sobrecarga en el cotidiano de su ya complicada gestión del Estado, con la sorpresiva dimisión del Ministro de Economía y Financias Públicas y la consecuente urgencia de sustituirlo, y el reclamo formulado por siete senadores de Estados Unidos, a la Secretaría de Estado de su país, por la actitud de la Casa Blanca respecto de, lo que consideran, excesos cometidos por el ejecutivo boliviano en los casi ocho meses en su administración.
En efecto, por un lado, con la renuncia de titular de Economía, que se produjo de manera intempestiva, Áñez pierde al colaborador cercano probablemente más calificado en la administración de los asuntos de Estado que tuvo hasta ahora, y especialmente en un área tan delicada y crucial como es la de las finanzas públicas. La gestión de José Luis Parada, el ministro dimisionario, ha sido la menos criticada por sus medidas y, su desempeño aportaba un matiz evidente de responsabilidad y eficiencia a la imagen general del Gobierno, afectada por los casos de corrupción y la ineficiencia de otras carteras, como la de Salud.
Por otro lado, los términos de la carta enviada por los siete senadores demócratas estadounidenses, a la instancia de su Gobierno encargada de la política exterior, es una señal de la imagen internacional que se tiene de la administración de Jeanine Áñez en el plano internacional.
“Nos preocupa cada vez más el creciente número de violaciones de los derechos humanos y recortes de las libertades civiles cometidos por el Gobierno interino de Bolivia. Estos comenzaron poco después de que el Gobierno interino llegara al poder en noviembre pasado cuando Evo Morales renunció en medio de protestas generalizadas y presión de los militares”, dice la carta de los parlamentarios de EEUU a los cuales es muy difícil atribuirles alguna simpatía con el expresidente boliviano.
Los senadores llaman también la atención sobre los efectos de la candidatura presidencia de Áñez, la cual, estiman, agudizó la polarización en el país “aumentando los riesgos de conflicto político y violencia”.
Aparte de ello, el anuncio de la imputación por terrorismo formulada la Fiscalía de La Paz, en contra de Evo Morales, ha provocado cierta alarma en las organizaciones cocaleras que anuncian movilizaciones en defensa de su líder.
Todo ello, mientras la pandemia de Covid-19 avanza de manera implacable en el país y faltan apenas dos meses para las elecciones generales.