Fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2
Todavía no se sabe cómo se produjeron las fugas en los gasoductos. Es algo sin precedentes. Fueron cuatro fugas en el lapso de 17 horas, con daños en cuatro lugares distintos y en tres gasoductos submarinos en el mar Báltico. Está claro que estas averías favorecen al gobierno de Vladímir Putin en su guerra contra Ucrania, en su intento de doblegar a Europa cortando el suministro antes del invierno. Fuentes finlandesas han sostenido que sólo un actor estatal podría haber ejecutado semejantes atentados. Los gobiernos europeos están trabajando para garantizar la seguridad en sus activos energéticos. Los buques metaneros se desvían alejándose de los lugares afectados por las fugas, lo mismo sucede con las de naves que vuelan a baja altura.
El lunes 26 de septiembre, sismólogos de Dinamarca y Suecia reportaron explosiones submarinas en el mar Báltico, cerca de sus fronteras y alrededor de las tuberías de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 (NS 1 NS 2) y ese mismo día se detectaron fugas en el gasoducto NS 1 y, poco después, disminución de presión y fuga en el gasoducto NS 2. Investigaciones de técnicos de Alemania, Dinamarca y Suecia concluyen que las fugas se deben a actos de sabotaje, sin señalar autoría. Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló: “Es muy difícil imaginar que un acto terrorista de este tipo pueda ocurrir sin la participación de un Estado”, llamando a “una investigación urgente”. El mismo portavoz ruso calificó las acusaciones de sabotaje en contra de su país, como estúpidas y absurdas, sosteniendo que el único beneficiario de los cortes era EEUU por haber subido el precio del LNG (Gas natural Licuado), con el que abastecería a Europa después del corte.
Los operadores rusos de dichos ductos informaron de daños en sus instalaciones, pero dijeron que no era posible estimar cuánto tiempo tomarían las reparaciones; sin embargo, una semana después Gazprom (el propietario mayoritario de ambos ductos) anunció que una de las líneas podía reiniciar operaciones.
El NS 1 tiene su cabecera en Viborg y el NS 2 en Ust Luga, ambos cerca de San Petersburgo y ambos terminan en Lubmin cerca de Greifswarlf, en Alemania; los dos tienen un diámetro de 48 pulgadas. El NS 1 tiene una capacidad de transporte de 75 MM3/D y el NS 2 el doble. Se extienden por más de 1.220 km desde la costa rusa hasta Alemania.
Cada uno de los gasoductos tiene dos líneas paralelas llamadas A y B; el NS 1 reportó caída de presión en ambas líneas y el NS 2, sólo en la línea A.
Cualquiera sea la causa del daño, no afectó de inmediato el suministro de gas a Europa, ya que ninguno de los gasoductos estaba operativo.
El gasoducto NS 1, en ninguno de sus ramales paralelos, ha transportado gas desde mediados de julio, cuando Rusia lo cerró por mantenimiento. Sin embargo, este gasoducto, en la estación de compresión Portovaya, cerca de la frontera con Finlandia y al noroeste de San Petersburgo, alimenta con gas una planta nueva de LNG de propiedad de Gazprom, que se encuentra quemando cantidades inusuales de gas (4,3 MMM3/día) de su line pack, posiblemente debido al cese de envíos de gas a Alemania.
Su gasoducto gemelo, el NS 2, nunca llegó a entrar en operación porque Alemania congeló los procesos de autorización ante los preparativos rusos de invadir Ucrania.
Gazprom comunicó el pasado 3 de octubre que se paró la fuga en tres de las cuatro rupturas al estabilizarse la presión y que el NS 2-línea B podía continuar las exportaciones si se tomaba la decisión al respecto y se terminaba la revisión de la línea.
Otro de los graves impactos ocasionados por las masivas fugas de gas está relacionado con daño al medio ambiente y el cambio climático. Se adelanta que la ruptura de los ductos significa un desastre climático en la medida en que la liberación del metano a la atmósfera significará un impacto igual al que producirían las emisiones de 5,48 millones de autos durante 20 años.
Al margen de lo anotado, es necesario hacer notar algunos aspectos llamativos:
Es curioso que las primeras investigaciones, después de las fugas, las hayan realizado técnicos (buzos) suecos y finlandeses y no el personal técnico de Gazprom que, además de haber sido los primeros en enterarse del suceso, tienen la preparación técnica y los equipos adecuados para dimensionar el daño, establecer las causas e iniciar la reparación.
Es también llamativo que Gazprom haya anunciado la solución de los problemas en tres de los ductos dañados, sin explicar las causas que los afectaron, desconociendo, además, el llamado a la “investigación urgente” que realizó Peskov.
No se sabe qué empresa o país asumirá los costos de la remediación del daño ambiental y submarino. Es hermética la información de los contratos de construcción, de operación y de los seguros contratados para enfrentar estos desastres y asumir responsabilidades.
Columnas de HUGO DEL GRANADO COSIO