El trumpismo le gana al bien común
En un mundo que pone el acento en los intereses individuales más que en el bien común, Donald Trump, el 47° presidente de Estados Unidos, pretende marcar la diferencia con sus antecesores ejerciendo una política antimigrantes sin precedentes.
Hoy, el neoliberalismo global que los gobiernos demócratas han representado, avanza hacia su la desarticulación del componente social que fue uno de sus andamiajes más importantes, con la igualdad racial y de género, libre circulación de trabajadores, multiculturalismo, entre otros.
Pensar en la desprotección y derechos de los migrantes, resulta un tema que genera reacciones diferentes, mayor apoyo en los sectores de intelectuales liberales de las universidades y espacios de opinión, así como algunos sectores del partido demócrata. Existe un ala muy conservadora del partido republicano liderado por Nick Fuentes, los Groypers (un movimiento de extrema derecha estadounidense que surgió en 2019. N del E.) que se presentan como la alternativa generacional y política al interior del partido republicano.
Es una fracción nacionalista cristiana que intenta llevar la campaña de Trump al corazón del partido republicano (Johnson, 2025). El autor en cuestión los perfila como jóvenes nacionalistas, cristianos y blancos que ensalzan la historia medieval de las Cruzadas, se expresan en un lenguaje iracundo y violento y alaban la supremacía masculina. Su influencia en el pensamiento del trumpismo es evidente, a todas luces.
El fenómeno de la migración es para la actual administración republicana una agenda negativa por lo que precisa sellar las fronteras, principalmente la frontera sur por donde entran los migrantes de América Latina, mexicanos y centroamericanos.
Según el diario español El País, uno de cuatro extranjeros en EEUU es un migrante indocumentado. Al menos 11 millones de personas residen de manera irregular y el 77% lo hace desde hace cinco años o más. Menos del 5% tiene antecedentes criminales.
Las órdenes ejecutivas del presidente Trump estigmatizan a los migrantes que por lo regular funcionan en la economía subterránea y se dedican en su mayoría a los oficios más críticos. En el rubro de la construcción, el papel de los migrantes mexicanos es crucial. El 31% de los trabajadores de construcción a nivel nacional nacieron fuera de EEUU (según National Association of Home Builders, en español: Asociación Nacional de Constructores de Viviendas) y no poseen un status migratorio legal ni permanente, pero serán decisivos en la reconstrucción de Los Ángeles después de los incendios, como asegura León Krause (2025).
La persecución a la migración ilegal está respaldada por disposiciones ejecutivas que permite redadas en escuelas, colegios e iglesias de EEUU, considerados antes como lugares protegidos. Dieciocho estados demócratas, Washington DC y la ciudad de San Francisco han presentado una demanda en contra de la administración Trump por la orden ejecutiva de eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento de los niños nacidos en territorio estadounidense.
Por supuesto que existen muchas modalidades de migración. Pero, la más carenciada es la de aquellas personas que aún persiguen el otrora "sueño americano", que quieren salir de sus sociedades donde los problemas de falta de oportunidades, inseguridad, narcotráfico y pobreza excluyente los separa de los grupos minoritarios privilegiados.
En una sociedad de desiguales, migrar es una opción.
Un Gobierno etnonacionalista, que arremete en la frontera sur contra los migrantes, es un Gobierno que desconoce los principios de protección y su aplicación práctica, así como la gestión de la migración que exige el equilibrio entre el control y el respeto por los derechos humanos, en consonancia con la legislación internacional migratoria.
En este punto, organismos internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU y sus expertos podrían ser una asesoría especializada para el Gobierno estadounidense.
Ningún Estado, puede desconocer que la protección es un asunto fundamental en todos los contextos humanitarios.
El concepto de protección es fundante y debe ser aplicado cuando el respeto a los derechos humanos de los migrantes se encuentre cuestionado o sujeto a arbitrariedades.
Las palabras de la obispo Mariann Edgar Buddle, “Danos la fuerza y el coraje para honrar la dignidad de cada ser humano” seguirán iluminando e inspirando a miles de personas que trabajan sobre la comprensión común de las cuestiones migratorias.
La autora es docente titular de la UMSA e internacionalista
Columnas de NELLY BALDA CABELLO