La verdadera historia del Día de Acción de Gracias
El 5 de noviembre de 1963, cuando marcaban los 1019 días de la administración de John F. Kennedy, los estadounidenses se emocionaban con uno de sus discursos más brillantes, no sólo porque reflejaba un talante unificador, nacido de uno de los presidentes más carismáticos de su historia, sino, y, sobre todo, porque celebraban el Día de Acción de Gracias. Una fecha histórica, mística y esperanzadora.
“Nunca debemos olvidar que la más grande apreciación no es pronunciar palabras, sino vivir por ellas. Por lo tanto, permítannos proclamar nuestra gratitud a Providence, déjennos agradecer humildemente por los ideales heredados, y déjennos compartir esas bendiciones y esos ideales con nuestros pares humanos alrededor del mundo” (…)
JFK pertenecía a una familia de ascendencia irlandesa, acaso, por eso también, tenía la convicción de que los logros sociales y económicos de los EE.UU. fueron motivados por la pujanza de los inmigrantes.
Los EE.UU. es una hechura de la inmigración, su historia registra hechos trascendentales que, con frecuencia, se ignoran, o cuando menos no se mencionan como acontecimientos que incidieron en la formación de su estructura sociocultural
Los libros de historia estadounidenses suprimen, injustamente, los logros heroicos de los pioneros españoles que llegaron a esos territorios muchos años antes que los Peregrinos.
El 6 de noviembre de 1528, el conquistador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca, naufragó en el golfo de México, convirtiéndose en el primer europeo en pisar suelo estadounidense.
Cabeza de Vaca había explorado toda la costa sur de Norteamérica, desde la Florida hasta Alabama, Luisiana, hasta llegar al Golfo de California, territorios que posteriormente se anexaron al Imperio Español.
El 8 de mayo de 1541, el conquistador español Hernando de Soto y sus huestes se convierten en los primeros europeos en divisar el río Misisipi. Estos hitos históricos se concatenan a otros para producir un vigoroso avance glorioso de conquistadores españoles que posteriormente indicarían las directrices de una abigarrada textura social y cultural estadounidense.
El 28 de agosto de 1565, 42 años antes de que se estableciera la primera colonia inglesa en Jamestown, el adelantado Pedro Menéndez de Avilés fundaba la ciudad de San Agustín, el primer asentamiento europeo en territorio estadounidense, convirtiéndolo así en el primer gobernador español de la Florida.
Entre líneas, ese: “Déjennos agradecer humildemente por los ideales heredados - y déjennos compartir esas bendiciones y esos ideales con nuestros pares humanos alrededor del mundo” pronunciado por JFK, fue el mensaje subyacente a un país que fue construido por manos de inmigrantes. Corazones tórridos que hicieron de sus sueños una realidad y de EE.UU. un país pujante.
Hoy, 27 de noviembre, se celebra en Estados Unidos el Día de Acción de Gracias. Una fecha importante, sobre todo cuando se trata de agradecer por todo lo recibido. Lo poco o lo mucho que se tiene, es motivo de celebración en familia y amigos. Como en su momento, los Peregrinos recibieron de los nativo-americanos: pan, carne, maíz y semillas, cuando prácticamente estaban al borde de la inanición.
¿Hay una historia no oficial y casi mítica en torno a esta celebración? ¡Sí!
¿Los peregrinos inventaron el Thanksgiving?
No fueron los primeros, solo se volvió la versión simbólica más popular.
¿Fue una fiesta de armonía perfecta entre colonos e indígenas?
La comida de 1621 ocurrió, pero las relaciones posteriores entre colonos y los Wampanoag terminaron en guerra, desplazamiento y violencia.
¿Se comió pavo?
Probablemente no. Los registros históricos mencionan: ciervo, aves silvestres, maíz, calabaza y pescado.
¿Los peregrinos vestían todo de negro con sombreros de hebilla?
No. Esa imagen es un invento del siglo XIX.
En EE.UU. esta fiesta tiene su raíz en 1621, cuando en Plymouth, actual estado de Massachussets, se integraron colonos y nativos americanos para compartir pan y carne y dar gracias a estos últimos por haber salvado las vidas de los colonizadores.
Sin embargo, según crónicas y resoluciones del Congreso de Texas. El 8 de septiembre de 1565, en San Agustín, los españoles y los nativos Timucua ya habían celebrado lo que podría ser la primera fiesta de Acción de Gracias. Lo mismo había ocurrido el 20 de abril de 1598, cundo unos 600 colonos, a la cabeza del adelantado y duro Juan de Oñate, festejaron haber cruzado el Río Grande, el día de la Ascensión, tras una impresionante expedición.
En la margen norte, actual ciudad de El Paso, Oñate ordenó edificar una capilla para la celebración de la primera misa. El 8 de septiembre de 1698 fue el día indicado para dar las gracias por la buena suerte que había corrido la expedición. Al finalizar la misa, Oñate ordenó celebrar una ceremonia oficial en la que tomó posesión de Nuevo México en nombre de España. Sin duda, esa fue, también, otra celebración del Día de Acción de Gracias de los Estados Unidos, donde hubo fiesta y comida, todo esto sucedió 23 años antes de que los Peregrinos de la colonia inglesa de Plymouth recibieran la visita del primer nativo americano, Mojegán.



















