Los Reyes Magos nacionales
La adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús recién nacido en Belén es uno de los pasajes bíblicos que más emocionó en mi lejana infancia no sólo por el exotismo de esos personajes que emprendieron una larga travesía montados en sus camellos siguiendo a una estrella, sino por la lección de humildad que impartieron a mi alma de niño al ver que tres monarcas orientales se arrodillaran ante el Hijo de Dios y le regalaran oro, incienso y mirra.
En vísperas de la festividad de los Reyes Magos desarrugué mi alma y palpando sus cicatrices volvía a leer mi “Biblia para los Niños” conmoviéndome ante la adoración de Melchor, Gaspar y Baltasar, recordando a mi discípula periodística esta historia que ella ya conocía aunque nunca había meditado lo suficiente sobre esa lección que parece un cuento para guaguas y es una lección de humildad para los poderosos de todas las latitudes.
Parece que mi charla conmovida acerca de los Reyes Magos impresionó a la cholita valluna, pues cuando le manifesté mi orden del día para mañana 6 de enero ella me dijo con su buen humor de siempre: “le cuento, jefecito, que los actuales reyes magos son los que llegaron al palacio hace 10 años y no vinieron de ningún país del oriente lejano pues son reyes magos bolivianos….”
Siguiéndole la corriente no le hice ninguna objeción, ordenándole que hoy y mañana acudiera al palacio real de la plaza Murillo donde, seguramente, se producirá gran número de noticias.
La primera noticia que llegó a los oídos de la “cochalita de mi vida, chuncu, chunquituy”, se refiere a la existencia de un plan de largo alcance para los próximos 15 años y siempre bajo el mando del Rey Mago boliviano Evo Melchor flanqueado por otro mago boliviano llamado Álvaro Gaspar Linera, vigilados ambos por el tercer mago Baltasar Quintana, trio monárquico que no sigue a ninguna estrella de Belén sino a sus propias estrellas.
Mi reportera cochabambina nacida en Quillacollo me contó que existe “buen entusiasmo” en todos los dirigentes que visitan el palacio real de Evo Melchor: ministros, viceministros, senadores y diputados, seguidos por los conocidos “tirasacos”; todos le dicen al mandamás: “Metéle, metéle Evo Melchor y seguíle metiendo hasta que las velas no ardan…”
Por todo lo que me cuenta mi corresponsal del palacio real de la plaza Murillo, también conocido como el palacio del Rey Mago Evo Melchor, ya no me cabe duda de que el referendo del próximo mes de febrero ya tiene un ganador ante la sonrisa complacida de los tribunos electorales y los doctores del Tribunal Constitucional.
Después del informe noticioso de mi comadrita Macacha, no me queda otra cosa que creer en los reyes magos bolivianos encabezados por Evo Melchor quien no monta en ningún camello sino en su propio avión presidencial.
Columnas de Adrián Zingales