El maestro que “excita” al estudiante
Hoy, 6 de junio, es el Día del Maestro en Bolivia, y sí, voy a ser un poco cursi en esta fecha para hablar de ellas y ellos. Mucho más allá de lo que sucede en las cuatro paredes del aula, ellos son cómplices, confidentes y testigos de las angustias que padecemos en la vida. Y sí, esas interacciones llegan a marcarse como futuras acciones y decisiones que tomamos en el día a día.
Más allá de la asignatura, está dejar en los alumnos un legado que les dure toda la vida, un amor no sólo por esa materia, sino más bien por el cuestionar las presuntas verdades que la sociedad busca imponer.
Y esto me recuerda a una fabulosa serie que hace poco terminé de ver con ganas de nunca terminarla, y sí lloré. Con la fiebre de Netflix, me atrevo a recomendarte ver “Merlí”, una serie adolescente pero, sobre todo, muy madura que transmite valores, invita a pensar y produce emociones.
Allí supe y entendí que es pura decisión del maestro “excitar” a sus estudiantes no sólo con la materia, sino por aquellos deseos que tenemos en la vida. Desde una simple clase con lectura silenciosa hasta originales métodos pedagógicos, pueden ser aquellos detalles que despierten catarsis en los educandos.
Y sé que estarás de acuerdo conmigo en que son a esos docentes a los que recordamos con gran cariño y admiración.
Y aprovecho estas líneas para felicitar a mi mamá, que aunque nunca llegó a ser mi profesora me enseñó lo que hoy en día es mi mejor versión.
La autora es periodista de Doble Click de Los Tiempos
Columnas de Cindy Soliz Villegas