Astroturfing o el arte de mentir en las redes sociales
Los mercados son conversaciones. Y lo son, además, inteligentes y agresivas. Las marcas, cada vez más, desnudas frente a sus clientes buscan dialogar con ellos, entender sus demandas, satisfacer sus tendencias, fidelizar lo más posible su porción de la torta, en una carrera desaforada por alcanzar rentabilidad y cumplir sus metas comerciales. Y lo hacen porque están conscientes de que, ganar o perder medio punto de share del mercado es la diferencia entre clavar un cuchillo en el competidor o morir en sus manos.
Las artes y mañas, también por supuesto, para alcanzar tales metas, están al alcance de todas las marcas en esta descocada carrera del marketing digital. Acá aparece una herramienta llamada Astroturfing, palabra anglosajona que proviene de una marca norteamericana que vende césped sintético o artificial (Astro Turfing). Su aplicación viene del hecho de que a través de campañas agresivas en las redes sociales es posible “sembrar” mensajes o conceptos que no necesariamente son verdaderos, pero que aparecen a los ojos del usuario como si fueran espontáneos y aceptados por un grupo de personas que serían, amable lector, y esto es lo más peligroso, de su círculo de afinidad o comunidad.
Frente a semejante sembradío dirigido, del que Usted, evidentemente, es víctima, da por sentado que éste es verdadero y sin pensarlo dos veces entrega su apoyo, compra el concepto o abraza una determinada causa política sin desparpajo absoluto.
Natalia Aruguete –autora del libro El Poder de la agenda--, sostiene que el hecho de “crear una red artificial de usuarios y medios para generar la percepción de que existe una comunidad de apoyo a un candidato o partido", es más frecuente de lo que creeríamos en las campañas electorales. La autora afirma que es posible diseñar una agenda setting (encuadre) en las redes sociales.
Esta técnica, ilimitada al parecer por su enorme eficiencia y versatilidad, de acuerdo a los expertos, podría abarcar desde la “compra” de comentaristas online en foros y blogs, la creación masiva de cuentas falsas en redes sociales, la invención o distorsión de noticias en blogs y medios periodísticos ("astroturfing periodístico"), la edición tendenciosa de la información en Wikipedia, la creación de ONG falsas, la falsificación del tráfico web y del posicionamiento en buscadores y hasta la creación de flogs (blogs falsos). Pase Usted y elija el menú, que hay para todos los gustos.
Las elecciones de México, Brasil, España serían los casos más emblemáticos a tiempo de detectar “sembrados” de mensajes en comunidades de Whatsapp, en favor de uno u otro candidato o en la defensa o ataque a posturas políticas. El dilema es que, en esa plataforma específica, los filtros son muy bajos y las víctimas, ya sea por calumnias o por una generación “espontánea de apoyo”, son muy difíciles de detectar y de certificar, de manera inmediata. Cuando se disparan y tienen eco, según los expertos, la mitad del voto ya esta en el bolsillo del político. Y ni qué esperar de los llamados astroturfers intoxicadores, que intentan permanentemente orquestar acciones de sembrado. En China se les conoce como “el partido de los 50 centavos”. Miles de personas son contratadas e instruidas para que apoyen causas de manera “espontánea y masiva” en favor del gobierno. Haciéndolas ver como legítimas y, claro, buenas para todos.
Confianza, diría Melgarejo, ni en la camisa. Así que sí señor, pase y plántele su disparo a la casaca de su elección, por si acaso. ¿O Usted cree que no fue víctima alguna vez del astroturfing?
El autor es comunicador
Columnas de JAVIER MEDRANO