Mutismo
Hasta hace un tiempo, sobre todo cuando las papas ardían, tenía la fuerte tendencia a comentar lo que pasaba, tratando de entenderlo. Ahora se me hace mucho más difícil. Lo que ocurre alrededor, simplemente, lo rebasa y rebalsa todo. Es inútil decir nada, es vano aplicar las razones de la razón a la sinrazón que va por todas partes. Es como si hubiera llegado la crecida, llevándoselo todo.
Para dar un solo ejemplo: un tal Teodoro Mamani, masista aparecido de quien sabe dónde y ya previamente acusado de corrupto y de ladrón, es nombrado nada más y nada menos que Director del Servicio Nacional de Áreas Protegidas. Sin que nadie sepa a qué santo. Entre las primeras cosas que ha hecho fue echar al encargado de la esencial protección del Parque Tunari. Sin dar ninguna explicación. Hay una sola manera de entenderlo: quieren lotear el Parque Tunari, robando a manos llenas. Una vez loteada toda la falda del cerro, (famosa por ser zona de recarga acuífera), aparte de que desaparecerán los cauces de agua subterránea, Cochabamba acabará por flotar definitivamente en mierda.
Esa es la crecida a la que me refiero. Estas son las consecuencias del retorno del MAS, ése es el futuro de Cochabamba gracias al MAS.
Un solo ejemplo dije. Que hay muchísimos más.
Es tal la proporción del desastre que absolutamente escéptico, absolutamente pesimista, indispuesto, me quedo en mi rincón tratando de hacer mis cosas. Ya nada sirve de nada. Es como si ya no hubiera nada que decir ni que hacer –a menos que uno quisiera pasar a formar parte de algo, hacer bulla en conjunto, etc. Pero a estas alturas, tampoco. Que cada cual trate de hacer bien lo suyo –más no se puede pedir.
La “gramática de la justicia” o la “sintaxis de la ayuda mutua” parecen cosas que ya sólo pueden aparecer y encontrarse únicamente allá donde se las invoca, en este caso en un poema de Denise Levertov. En ninguna otra parte más.
El autor es escritor
Columnas de JUAN CRISTÓBAL MAC LEAN E.