Lugares comunes
Lugar común, muy común como son todos los lugares donde pretendemos generar certezas, pero no, la vida siempre te da sorpresas y vaya que el 2023 sí lo hizo. Es obvio, el precipicio espera y no sabemos bien qué pasará al caer, como, siento el spoiler, en el epílogo de la película Abre los ojos, de Alejandro Amenábar, cuando el actor principal se precipita a un espacio impreciso y probablemente mucho mejor, donde sí están los que queremos y somos más sabios.
El año que se fue dejó en la memoria cosas mínimas que nos dieron un respiro, pero en el gran panorama mundial se desataron guerras, calentamiento global, consolidación del ChatGPT y elecciones que concitaron un interés mucho mayor, por ejemplo, que Milei sea el nuevo presidente de la Argentina es el gran síntoma. Pero es pronto para decir más, hay que confiar en que el estrambótico mandatario nos sorprenda, y para bien. Díganme naíf, pero entre tantas apocalípticas predicciones de numerólogas cuyos nombres no vale la pena recordar, hay que pensar que luego de tal oscurantismo puede haber un renacimiento.
Pero lo que no podemos olvidar son las imágenes de Gaza, a pesar de que en el menú de noticias ya no se brinde tanta cobertura a este conflicto sanguinario e infértil que solo produce muerte y horror, y en estas dos palabras intento resumir o atrapar todas las imágenes de las víctimas del 2023, sobre todo la de una niña palestina con los ojos apagados en medio de una ciudad en ruinas, gritándole a una cámara, porque acaban de llevar a su madre muerta a un hospital: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué Dios? Desearía haber muerto también.
Ese lugar común que tiene la guerra es el más nefasto y, a pesar de aborrecerla, seguimos resolviendo los conflictos con estas mismas estrategias, es una lástima que seamos ese espacio que se repite y al mismo tiempo encarnemos esa misma brutalidad al tener bando y defenderlo como si en ello se nos fuera la vida, cuando el único bando válido debería ser el de la paz. La paz, palabra que repetimos sin creer en absoluto en ella.
El conflicto —según el periódico digital El Universo— entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás ha durado años, pero finalmente está en escalada desde el 7 de octubre del 2023, cuando miembros de este grupo se infiltraron en el sur de Israel desde la Franja de Gaza y atacaron dejando miles de personas muertas —en su mayoría civiles de todas las edades— como resultado de esa incursión de una magnitud sin precedentes desde la creación del Estado de Israel en 1948. Por otra parte, este mismo medio afirmó que en respuesta, el Gobierno de Israel prometió “aniquilar” a Hamás, en 74 días de conflicto la ofensiva israelí dejó más de 25.000 palestinos muertos.
Entonces, un nuevo año nos espera, no sabemos bien con qué lugares comunes vamos a tener que lidiar, ya que, en nuestra naturaleza habita un psicópata que espera agazapado su oportunidad para irrumpir. Pero también somos otra cosa, podemos ser capaces de generar un medioevo y también un renacimiento. Después de todo quienes creen en horóscopos chinos dicen que los años pares son buenos. El año del dragón de madera representa prosperidad y buena fortuna.
Antes de despedirme, me place volver a escribir para este medio. Saludos desde las cenizas.
La autora es escritora
Columnas de CECILIA ROMERO