Hotel Altai: hogar en Sorata
//Texto: Alicia Cortés Soruco
Fotos:Daniel Coimbra y Gabbiel Coimbra//
Entre los bosques de altura, a la sombra del nevado Illampu, hay una joya escondida. De cielos celestes y blancas nubes impolutas, donde el verdor del pasto contrasta con el blanco resplandeciente de la nieve en las altas cumbres.
Para el ojo no entrenado, el valle de Sorata parece una postal suiza, pero para el observador boliviano es sencillo reconocer la placita principal, tan típica de nuestros encantadores pueblos, o las antiguas casas de firme adobe, que sobreviven a las pruebas del tiempo y el clima. Con su encanto sencillo pero profundo, el pueblo de Sorata ofrece un remanso tranquilo, un espacio para encontrarse con esa esencia típica de nuestro país, alejados de las preocupaciones de las grandes ciudades.
Para este propósito, existe un lugar especial, diseñado para darnos esta sensación de escape, de oasis pacífico en un mundo cada vez más dinámico: Altai Oasis Lodge.
Un hogar familiar que abre sus puertas a los aventureros que llegan hasta Sorata. Aislado pero no olvidado, rústico y cómodo, hecho para conectarse y fundirse con la naturaleza que lo rodea, respetando el medioambiente con prácticas sostenibles. Las cabañas de Altai en Sorata crean un ambiente de relajación y comunidad, donde el incesante ruido urbano queda en el olvido.
El equipo de Una Gran Nación partió hacia este destino para captar la nueva experiencia del turismo en Bolivia: aquel turismo que nos lleva hasta nuestras raíces, que nos hace recuerdo a las escapadas de la infancia, donde nada es estresante, donde el campo, la comida típica y el aire limpio son nuestros compañeros.
Alrededor, la maravilla de Sorata nos recibe: la laguna Chilata, la Gruta de San Pedro, la laguna Glaciar y otros espacios naturales son las atracciones. Largos paseos y caminatas por la naturaleza, apreciando no sólo el ambiente puro e intocado de la zona, sino la indudable e increíble belleza de nuestra tierra. Después de estas aventuras, el Oasis Altai hace honor a su nombre, ofreciendo un espacio de descanso para los músculos y deliciosa comida para los estómagos vacíos.
Viviendo estas experiencias, el equipo no puede evitar preguntarse: ¿cómo podemos dudar de nuestro país? En este viaje, como en todos los que hemos tenido el placer de vivir, podemos apreciar la calidad y excelencia humana de quienes apuestan por Bolivia y deciden impulsar a sus comunidades hacia un nuevo negocio, visibilizando la belleza natural de las zonas a las que pertenecen. Podemos ver, también, esa riqueza natural que nos deja sin aliento. Hacia donde dirijamos la mirada, hay cumbres, animales, flores únicas, cielos despejados, antiguos árboles de larga memoria.
Es en estos espacios de paz y desarrollo donde encontramos esperanza para Bolivia. En aquellas personas dispuestas a emprender y desarrollar el país; en la protección y el cuidado de la naturaleza y el campo; en los viajeros que deciden conocer su propio país, apoyando a sus compatriotas y a sus localidades.
Caminando por los espacios circundantes al Oasis Altai, rodeados de verdes hojas y silencio natural, volvemos a enamorarnos de Bolivia una vez más.
Este tipo de emprendimientos son la viva prueba de que al país no le falta esfuerzo o capacidad. En nuestros destinos, encontramos hoteles, refugios y paseos de alta calidad, infraestructura cada vez más desarrollada y personal altamente capacitado para ofrecer servicios turísticos. El turismo nacional es, cada día, más fuerte y profesional. Ahora, es nuestro turno de apoyarlo, de visitarlos, de poner nuestro granito de arena para ayudar a despegar este gran proyecto.
Porque no hay vista que se compare al Illampu en toda su gloria, rodeado de sus bosques, protegiendo a Sorata en sus faldas. No hay sensación igual a la de caminar entre los árboles y saber que es a esta tierra a la que pertenecemos.
Es en este tipo de hogares donde nos sentimos más libres y cada vez más orgullosos de sabernos parte de Bolivia, Una Gran Nación.
Serenidad
El pueblo de Sorata ofrece un remanso tranquilo, un espacio para encontrarse con esa esencia típica de nuestro país.