Granizada azota al norte de Quillacollo
El panorama en Paucarpata, al norte de Quillacollo, es desolador tras la intensa granizada que arrasó con invernaderos, granjas, cultivos, casas, fábricas y una parte de la escuela normal Simón Rodríguez.
El hielo mató unas 90 mil aves y dejó en la calle a decenas de trabajadores. Al día siguiente, las calles aún estaban blancas por el granizo que alcanzó un espesor de 30 centímetros.
Los cultivos de maíz quedaron sin hojas, las plantas sepultadas en el hielo, los animales muertos flotaban en el agua, los galpones estaban colapsados y las carpas para las flores destruidas.
La granizada y el viento huracanado duraron 60 minutos. Fue “cuatro veces” más fuerte que la helada de enero en Marquina. La gente sólo buscó refugio y miró impotente la destrucción. Las comunidades más afectadas son: Santa Rosa, Marquina, Paucarpata, Sanja Pampa, Iron Kollo, Falsuri e Illataku.
El vicepresidente del Concejo Municipal, Héctor Montaño, estima que hay unas 500 familias afectadas, seis galpones de granja de pollos destruidos, plantaciones de maíz, alfalfa, avena, hortalizas y flores dañados.
Por ejemplo, los 60 afiliados de la Asociación de Floricultores Cochabamba quedaron con los invernaderos destruidos. Perdieron cultivos de rosas y claveles, entre algunas, valuados en 100 mil dólares subvencionados con créditos en tres hectáreas.
En la granja avícola Paqui de Fernando Quiroga, los pollos desparramados mostraban el desastre. Seis galpones de 15 mil aves cada uno perecieron en la granizada y nadaron “como patos”. Tres trabajadores que trataron de rescatarlos lucharon con la corriente de agua que les llegó hasta la cintura.
“Hemos perdido la mitad de la producción y eso va afectar en unos tres meses en nuestra entrega al mercado de La Paz y la pérdida que nos genera a nosotros. Esperamos que las autoridades nos ayuden”, dijo Quiroga. Su molino de alimentos para aves también colapsó. La pérdida alcanza medio millón de dólares.
Dionisio Mamani Valera no pudo contener las lágrimas al ver destrozada su fábrica de materia prima de calzados. “Invertí 140 mil dólares en todo, me dejaron con las manos atadas, mantengo a ocho trabajadores que también se quedaron desocupados. No tenemos nada, es bien triste señorita”, relató.
Mientras, algunas familias de Santa Rosa clamaban ayuda por la pérdida de sus cosechas de maíz y alfalfa. En la Normal Simón Rodríguez se cayó el techo del salón de actos y el comedor.
El clima y declaratoria
El pronosticador meteorológico de Aasana, Andrés Mamani, explicó que este fenómeno se debió a “nube convectiva de grandes extensiones” que llegó desde oeste descargando gotas de agua congelada de grandes tamaños acompañado de un viento fuerte, un fenómeno poco usual en el departamento.
El Concejo Municipal de Quillacollo declaró “desastre natural y estado de emergencia a los Distritos 4 y 7, disponiendo que las autoridades municipales dentro del marco de sus competencias, realicen la atención de desastres emergencias, adoptando todas las medidas preventivas necesarias de prevención, mitigación, alerta, respuesta, rehabilitación, reconstrucción”.
Además, instruye al Alcalde gestionar y coordinar con las autoridades departamentales, nacionales o extranjeras para la obtención de ayuda necesaria en el marco de sus competencias.
Por la tarde, Defensa Civil, personal de la policía militar de Cotapachi, Gobernación y Alcaldía ayudaron a las familias a realizar la limpieza.
El alcalde de Quillacollo, Eduardo Mérida, dijo que se dispusieron de 651 mil bolivianos para invertir en un primer momento en la compra de alimento para los animales. Dijo que se asistirá con todo el forraje disponible.
Hasta la fecha, 30 mil familias de 28 de los 47 municipios del departamento han sido afectadas por desastres naturales. como heladas. La Unidad de Gestión de Riesgos de la Gobernación informó que los fenómenos dañaron 11 mil hectáreas.