Angelique Coetzee: “La ómicron no será tan grave como la delta”
A finales de noviembre un hombre en la treintena acudió a la consulta de la médica Angelique Coetzee en Pretoria, la capital de Sudáfrica, porque no conseguía aliviar con medicación un intenso dolor de cabeza y corporal.
Explicó que quizás un sobresfuerzo físico que había hecho un par de días antes era la causa, aunque también notaba como si fuera a caer en una gripe, algo extraño estando a las puertas del verano austral. Como medida preventiva, Coetzee le prescribió hacerse una PCR para descartar que se hubiera contagiado de la Covid, sin creer que fuera a dar positivo porque la incidencia nacional del virus estaba en apenas un 2 por ciento de casos positivos.
Al día siguiente, ante la certeza por la experiencia acumulada, Coetzee alertó a la red de facultativos de sanidad que engloba al 90 por ciento de los profesionales del país de que tenía un paciente que había dado positivo, pero que el resultado no coincidía con la variante delta. Fue el primer caso conocido de la ómicron en Sudáfrica, que dos semanas después —siendo la variante dominante en la provincia de Gauteng, la más poblada del país— registra más de 20 mil casos nuevos al día (un 26,8 por ciento de positividad).
—¿Cuál es la situación actual en su consulta?
—Lo que estamos viendo siguen siendo casos de enfermedad leve, la mitad de los pacientes a los que atendemos a diario están dando positivo en la prueba de la Covid, de entre los que vienen con síntomas del contagio. Por el momento, es una situación que podemos manejar, desde el punto de vista del cuidado de la salud. Presentan síntomas leves de la enfermedad y no está siendo necesario enviarles al hospital. Aunque los casos en los hospitales están empezando a crecer. Según los datos que tenemos, los que acaban en el hospital son personas no vacunadas, aunque también hay unos pocos que estaban vacunados y se han contagiado, sin saber con certeza que sea la ómicron o la delta porque, por el momento, no se está facilitando esta distinción en los datos.
—Las últimas cifras apuntan a un aumento del 200 por ciento de las hospitalizaciones.
—Los hospitales no están saturados, pero vamos hacia las fiestas navideñas, y sabemos que la gente no va a escuchar las advertencias. Por eso decimos que en las próximas semanas tendremos más casos y que será crucial respecto a los casos graves, porque respecto a los leves no estamos registrando cambios significativos.
—¿Están detectando síntomas nuevos, relacionados con la ómicron, o han podido confirmar alguna teoría inicial respeto a la nueva variante?
—Siguen siendo los mismos, la mayoría de los síntomas clínicos se concentran en dolor de cabeza, dolor muscular y fatiga. Es de lo que se quejan los pacientes al venir a la consulta, y a eso a veces se añade la nariz bloqueada o dolor de garganta. No vemos que tengan realmente fiebre, ni a nadie que necesite oxígeno en atención primaria, incluso no se les da cuando son hospitalizados. Lo que está ocurriendo en los hospitales es que acuden por otro motivo y cuando les hacen la prueba dan positivo, pero no iban porque se sintieran mal con síntomas de Covid, por eso la mayoría no necesita oxígeno.
—¿Hay una gran diferencia en la reacción de los que están vacunados y los que no lo están?
—Los vacunados suelen tener síntomas leves y experimentan menos acumulación de dolores, aunque también estamos viendo a pacientes contagiados leves no vacunados. Debo decir que el dolor de cabeza fuerte lo catalogamos como una dolencia leve, pero para los pacientes es grave. El dolor muscular que sienten también. En general, los síntomas son mucho peores en los que no están vacunados. Por lo que sigo pensando que las vacunas protegen: incluso si no impiden que cojas la infección, estamos viendo que no enferman tanto.
—¿Cómo cree que va a evolucionar la variante ómicron?
—Es una pregunta difícil. Lo que ya estamos comprobando es que la ómicron se va a quedar en casos leves, con algunos graves, pero la ómicron no será nunca tan grave, en la misma escala de casos severos que la delta. La variante delta era diferente y muy peligrosa.