Recomendaciones para la planta de urea
El Gobierno del MAS, dejó al país enormes problemas en el sector hidrocarburos. La planta de urea es uno de ellos.
Esta planta está parada por cuarta vez, según las nuevas autoridades se debe al sobrestocamiento de la producción por falta de mercados. El presidente de YPFB, Herland Soliz sostuvo que la estatal carece de espacio para almacenar y por ello, –dijo– no tiene sentido “encender la planta si no se tiene dónde vender”.
Sin embargo, el ministro del ramo comunicó la ruptura del contrato de venta de urea con Cuba debido a los bajos precios acordados por el anterior Gobierno. Lo del sobrestocamiento en la planta, se contradice, también, con lo sostenido por el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), quien manifestó que su sector se perjudica por falta de provisión de urea: “El sector productivo calculaba una compra local de entre 10.000 y 20.000 toneladas anuales, pero ahora, están sin provisión. La alternativa es importar la urea, pero a costos mucho mayores.”
La búsqueda de mercados es clave para el éxito de un emprendimiento económico. Pero la falta de profesionalismo, de los “estrategas de la industrialización” ha sido una constante. Nunca se trazó un programa para investigar mercados y no hubo estudios con recomendaciones, todo fue improvisado.
Otro de los grandes problemas surgidos a raíz de la desastrosa localización de la planta, es el transporte, que obligó a construir el ferrocarril a Montero. La obra está demorada desde hace siete años. Por eso, se tuvo que contratar transporte por carretera y también surgieron problemas.
La Asociación de Transporte Bulo Bulo, del trópico de Cochabamba, intentó monopolizar el servicio, impidiendo el acceso de los camiones de la cooperativa del Transporte Ichilo –que es socia de la Cámara de Transporte del Oriente, de Santa Cruz– amenazando con quemar sus camiones, impidiendo así la salida del producto a los mercados.
Los enfrentamientos de los sindicatos de Cochabamba, (que gozaban de la protección del MAS), con las organizaciones cruceñas, ocasionaron perjuicios contractuales y pérdidas económicas a exportadores.
El tercer problema es de los precios, tanto internacionales como del mercado local. La urea es un commodity con un precio internacional declinante desde el año 2018, habiendo alcanzado un precio de 215 dólares por tonelada ($us/t) en diciembre de 2019. Para obtener un precio import parity (precio puesto en el país), se le añade el costo del transporte. El flete marítimo del puerto Novorosiiysk en Rusia, hasta Callao en Perú, es de 71 $us/t, más un flete terrestre mínimo hasta La Paz, de 35 $us/t, el costo de transporte hasta La Paz, sería de 106 $us/t. Con estos datos, el precio de la urea importada, puesta en La Paz, sería de 321 $us/t.
Según el primer informe de YPFB, el precio unitario de exportación más alto del año 2019, habría sido de 315 $us/t a Cuba, y el más bajo de 231 $us/t a Uruguay. El precio de venta a Cuba, no fue el más bajo. Los precios de YPFB para el mercado interno hasta este febrero, eran de 347 $us/t para la urea en sacos de 50 kg (equivalente a 120 Bs/saco, lo que hace 345 $us/t) o de 1 tonelada, puesta en Bulo Bulo, para ventas de 25 toneladas.
Se creó además, la urea Tipo B, a un precio de 270 $us/t. El precio de los sacos de 50 kg sube en función de la distancia al mercado, cuesta 137 Bs/saco (393 $us/t) en Santa Cruz y llega a 197 Bs/saco (566 $us/t), en Cobija.
Suponiendo que el costo de producción es de 187,37 $us/t (tal como figura en la respuesta a una petición de informe del senador Óscar Ortiz, en abril de 2017), y aun a pesar de los bajos precios en el mercado internacional y a las pérdidas anotadas en los estados financieros de YPFB; se tiene que trabajar para acercarse a un punto de equilibrio y subir la producción, estabilizando el ritmo productivo (la planta ha trabajado a solo el 40% de su capacidad), ajustando los costos de operación, disminuyendo los costos de transporte y buscando mercados. De esta manera, podría haber un margen para que la urea en el mercado nacional sea más barata.
Es necesario hacer un estudio detallado de los costos de producción de la planta y de los problemas técnicos que existen. La planta no puede estar fuera de los rangos aceptables que tienen otras en el mundo. Para el efecto, se recomienda buscar la asistencia de Samsung, la empresa coreana que construyó la planta y que podría facilitar el acceso a información de otras plantas.
La sugerencia del Ministro de trasladar la planta, incluso con estimación del costo, es precipitada. Primero se tienen que determinar las causas de los problemas y sus posibles soluciones, sin apuros ni improvisaciones. La decisión tendría que ser tomada por el próximo Gobierno. La solución tampoco pasa por paralizar la planta. El clima tropical destruye cualquier instalación sin uso, en cuestión de semanas, especialmente los componentes electrónicos.
El traslado de la planta sería el último recurso al que se podría acudir si todo lo demás fracasara. Se necesitarían por lo menos dos años y cientos de millones de dólares.
El autor es ingeniero químico y petroquímico
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