“Me equivoqué… no era mi esposa”
Esta columnita debía titular “Como la selección nacional”. Es que me llamó la atención el día que el director técnico Arce (¿es él, verdad? ¿O hay otro que dirija desde graderías?)… Bueno, decía, me llamó la atención el día que Arce presentaba a su gabinete como la Selección Nacional. ¿Será que ingenuamente creímos que serían elegidos los más selectos profesionales, idóneos en su área, intachables en su ética? ¿Jugadores capaces de hacer buenas gambetas y hacer goles, con juego limpio y amor a la camiseta?
Bueno, allí no más apareció un Ministro de Gobierno persiguiendo y poniendo zancadillas a todos los jugadores del equipo contrario. Vimos a un Ministro de Educación que entró a la cancha con sus palabrotas, su falta de ortografía y sus mensajes de odio al rival. Luego aparece una Ministra de Culturas, cuyo primer anuncio es declarar la guerra a La Resistencia y a la Unión Juvenil Cruceñista (y no es que defienda a estos grupos, sólo quiero encontrarle el lado cultural). ¡Como para ganarse una tarjeta roja desde camarín!
Pero la flor de esta selección, la acaba de dar el ministro de Desarrollo Rural, Wilson Cáceres. Hace un tiempo, tras salir de prisión, presentó a Fabiola Gutiérrez como su esposa. Después la nombró su jefa de Gabinete. Como los medios de comunicación denunciaron nepotismo, el pobrecito ministro tuvo que salir al frente (mediante comunicados) para decir que se equivocó, que no había sido su esposa, que no hay nepotismo, todos son angelitos. ¿No es esto un autogol?
Y volviendo a la selección, está visto que, si el DT Arce utilizó esta metáfora, muy probablemente se refirió a la selección que no gana un partido, hace 25 años que no clasifica a un Mundial y en su última participación hizo sólo un punto de 12 posibles. ¡Ay, Dios! No quiero ver cómo acaba este torneo.
El autor es periodista
Columnas de LUIS FERNANDO AVENDAÑO