Cuarentena inviable
La imparable escalada de contagios de Covid-19 en todo el país y la imposibilidad de aplicar restricciones severas que la frenen nos está llevando a una situación que exige acciones urgentes y adecuadas a las circunstancias.
Enfrentar esta emergencia –cuya perspectiva a corto plazo es peor que la del año pasado en las peores semanas de la primera ola de la pandemia– es un desafío mayor para las autoridades de los tres niveles del Estado.
El Gobierno, sometido a presiones opuestas, ha concentrado su acción en la compra de vacunas –que llegarán al país en marzo y abril– y de pruebas de diagnóstico en cantidad significativa. Es un buen avance, pero no va a detener la escalada actual.
“Nos encontramos ante un colapso inminente en el sistema de salud. Exigimos de manera inmediata se decrete cuarentena rígida. No es posible que el sector médico deba enfrentar: la pandemia, la irresponsabilidad de la población y las fallas del sistema de salud”, proclamó ayer la Sociedad Boliviana de Neumología.
No es el único sector que manifiesta alarma por la situación sanitaria, Y tienen razón considerando la demora en la contratación personal de salud, que hace falta en la mayor parte de los nosocomios del sistema público, la carencia de equipos suficientes para terapia intensiva en buena parte de los hospitales, y otros aspectos que complican la situación. Una situación agravada por la dificultad de satisfacer las exigencias económicas de varios sectores –especialmente el de los transportistas que paralizaron el país hace tres días y amenazan con volver hacerlo la próxima semana, reclamando la suspensión del pago de sus deudas bancarias.
Como ya lo dijimos hace cuatro días, el recurso a una cuarentena severa como la que se instauró el año pasado durante dos meses podría frenar el incremento de contagios, pero imponerla es prácticamente imposible.
Imposible, porque la respuesta de la población no será la misma que en 2020, debido a que eso implica la parálisis de las actividades económicas y en la alternativa entre correr el riesgo de contagiarse mientras se trabaja para ganar el dinero necesario para vivir y quedarse en casa sin generar recursos pecuniarios, muchos bolivianos, la mayoría, optarán por el riesgo de la infección. Y otra cuarentena total, así sea por menos tiempo, liquidará a numerosas empresas que están recuperándose con mucho esfuerzo de las pérdidas registradas el año pasado.
La circunstancia exige soluciones urgentes, equilibradas y eficientes para evitar dos colapsos: el sanitario y el económico. Hace tres meses, al componer su Gabinete, el Presidente deseó contar con “los mejores hombres y mujeres de todo el país (…) porque tenemos retos importantísimos que enfrentar”. Ojalá los tenga, porque el actual es un desafío mayor.