La boliviana Tarija
“¿De qué color es el mundo? / con asombro preguntó, / justo del color que quiera pintarle tu corazón”, canta la señora Matilde Casazola para ayudarnos a construir el futuro.
Tarija resume en estos momentos las condiciones deseables para armar un proyecto de desarrollo nacional sustentable. Considerando los datos preliminares del Censo 2024, y reconociendo la pérdida de población en los municipios El Puente, Yunchará, Entre Ríos y Padcaya, el departamento de manera integral sigue siendo el mejor posesionado en Bolivia por la dotación de servicios básicos, Índices de Desarrollo Humano, integración territorial, cohesión social y construcción cultural y productiva.
El 7 y 8 de noviembre, fuimos convocados al “Diálogos con el Futuro” para debatir la Ruta de la Innovación y el Emprendimiento; 20 expositores nacionales y otros de Bélgica, Chile, España, Perú, en 5 Paneles, compartimos información para ayudar a superar la abulia y frustración colectiva que parece embargar a los bolivianos. Sin duda, valió la pena el esfuerzo del Movimiento Tarija dialoga.
Confluyen varias evidencias. Desde que se planteó la cadena uva, vino y singani como un primer esfuerzo inteligente de diversificación productiva liderada por la Fundación Educación para el Desarrollo (Fautapo) con Jorge Baracatt a la cabeza, se sumó el aporte de la extinta Codetar con Mario Kisen, y la visión de Rubén Ardaya Salinas y Oscar Farfán desde la Gobernación. Todos, formaron una masa crítica para acompañar a los empresarios de la uva agrupados en bodegas que están venciendo heroicamente las crisis, el contrabando y la insensibilidad de gobernantes que no entienden el trabajo, la innovación y la competitividad que enfrenta una producción tan compleja. Sin duda, los maestros Carlos Toranzo Roca, Joan Prats y Bernardo Toro aportaron disrupción y consistencia a la propuesta.
Hoy Tarija tiene tres universidades comprometidas, Uajms, UCB y UPDS, fundaciones y organizaciones de la sociedad civil, generadoras de inteligencia, Avina, Nativa, Fautapo, Cepad, tiene actores privados agrupados en cámaras, gremios, federaciones y comunidades que producen excedente económico y simbólico, apoyando la provisión de alimentos, servicios y la multiplicación de oportunidades, y autoridades territoriales que coordinan la aplicación de políticas públicas. Frente a la crisis que vivimos, la capacidad productiva, la incorporación de líneas de alto valor y la administración del agua han apoyado el posicionamiento de la hotelería, gastronomía y servicios complementarios, y ofrecen un destino turístico altamente competitivo a nivel nacional y con el reto de ocupar la oferta turística internacional atacada por los precios.
Un acuerdo reciente entre los gobernadores Damián Condori, de Chuquisaca, y Óscar Montes, de Tarija, abre una oportunidad en el marco del Bicentenario para incorporar el norte argentino a las celebraciones. Así lo ha asumido Johny Tórrez, alcalde de Tarija, al sumarse para articular la oferta que existe en el destino y facilitar el encuentro de Juana Azurduy, José Vicente Camargo, Eustaquio Méndez y Martín Miguel de Güemes.
Esto es posible por la voluntad de los actores públicos, privados e institucionales que suman gestión de riesgo al invertir como lo están haciendo, y a una gran experiencia en planificación, como lo reconoció el extremeño Miguel Bernal de Felcode Aecid. Este debate tarijeño tiene dimensión nacional y se suma al propuesto por Acción Social del Beni, Diálogos “Marcos Escudero” en Cochabamba, el Gabinete del Bicentenario en Chuquisaca, Movimiento Fogoneros y Grupo Diálogos ANF en La Paz, el Observatorio Político Nacional de la Universidad Gabriel René Moreno y el Cepad, en Santa Cruz. Doy fe de que la preocupación es la misma, aunque todavía está dispersa.
Luis Lema Molina dijo que si el mapa de Bolivia se pusiera de pie y se convirtiera en lapacho (tajibo rosado), los tarijeños serían las raíces profundas que lo sostendría; rastreando algunos quereres que ayuden a interpretar este momento, encontré a Yalo Cuéllar cantando El sueño de un Chaqueño, parafraseando sus decires, conocí pueblos llenos de amores, leyendas y recuerdos, donde acabó el oro negro que está sembrando negro olvido; a gente de sangre arrojada que se va por otras tierras decidiendo volver un día, pues como el pago de uno, no hay otro igual en la vida: “Quiero un abrazo hecho poncho / Del Bermejo al Pilcomayo / Desde Sama al Aguaragüe, / Quiero que las sombras / De parrales y algarrobos / sean un solo techo, / desde el Cañón de los Cintis a Ibibobo enamorado”.
Gracias Gustavo Castellanos, Sergio Lea Plaza, Miguel Castro, Gabriel Baracatt, Andreas Preisig, Jorge Baracatt, Iván Arnold, Mario Cavero, Mauricio Lea Plaza, Viviana Ugarte, Hernán Ruiz y Jaquelín Miranda, ustedes le están dando una esperanza a Bolivia.
Columnas de CARLOS HUGO MOLINA