Gestión y confianza: el 57% percibe que Bolivia va por mal camino
Según una encuesta realizada por Mercados y Muestras SRL para Los Tiempos y Página 7, entre el 11 y 16 de julio, a propósito de las próximas elecciones nacionales, la mayoría de los consultados, 57 por ciento, considera que el país va por un camino más o menos malo y muy malo. El otro 25 por ciento afirma que va por muy bueno y más o menos buen rumbo, el 16 por ciento ni bueno ni malo y el 2 por ciento no sabe, no responde.
Asimismo, la gestión de la presidenta transitoria Jeanine Áñez fue calificada como más mala que buena. El 44 por ciento de los encuestados afirma que es mala y muy mala, en contrapartida al 33 por ciento que considera que es muy buena y buena, además que un 20 por ciento dice que es ni buena ni mala.
Vista en una línea del tiempo, entre diciembre y julio de este año, se ve que la gestión de Áñez era percibida por el 22 por ciento como mala, en enero subió a 27 por ciento, en febrero mudó a 29 y hace unos días alcanzó 44 por ciento. En cambio, al principio de su gestión, el 41 por ciento de los encuestados señalaba que era buena, en enero subió a 43 por ciento, en febrero bajó a 39 por ciento y en julio a 33 por ciento. Los que señalaban que no es ni buena ni mala, en diciembre sumaron 35 por ciento, en enero bajaron a 28, en febrero subieron a 30 y en julio llegaron a 20.
Algo similar sucedió cuando a la pregunta de cómo califica la confianza que tienen en la presidenta. Un 45 por ciento dijo que mala y muy mala, el 30 por ciento muy buena y buena, el 21 por ciento ni buena ni mala y el 4 por ciento no sabe o no responde.
Cuando se repreguntó si tienen mucha confianza o poca confianza o si tienen poca desconfianza o mucha desconfianza, el 47 por ciento de los consultados aseguró que tiene poca y mucha confianza, el 38 por ciento que tiene mucha y poca confianza, el 14 por ciento ni confianza ni desconfianza y el 1 por ciento no sabe o no responde. Recuérdese que las denuncias de hechos de corrupción, inicialmente en Entel, en febrero; compras irregulares en YPFB en mayo y compras irregulares en el Ministerio de Defensa y otros irregularidades de cobros de comisiones en adquisiciones en el exministerio de Culturas y uso indebido de influencias en el Ministerio de Educación, estos dos últimos que salieron del mismo Ejecutivo, pueden haber sido los hechos que minaron la gestión de Áñez.
47% de los consultados afirma que tiene poca y mucha confianza en la presidenta Jeanine Áñez , en una encuesta realizada entre el 11 y 16 de julio.
ITINERARIOS DE LA PRESIDENTA
María Teresa Zegada
A los pocos meses de constituirse el Gobierno transitorio en condiciones sociopolíticas muy críticas, impactó en Bolivia la pandemia de la Covid-19. Cuando esto sucedió, apenas había arrancado el proceso electoral -que recordemos, era el objetivo principal del Gobierno transitorio- junto con la pacificación del país y por supuesto la administración de una gestión que garantice condiciones óptimas para enfrentar la crisis.
Para entonces, se había establecido la fecha del 3 de mayo para los nuevos comicios, los partidos se habían registrado ante el OEP y la Presidenta había dado un golpe de timón decidiendo sorpresivamente convertirse ella misma en candidata. Por tanto, cuando se desencadena la Covid-19 en Bolivia, el Gobierno pendía de un hilo en el péndulo entre el éxito político de la gestión sanitaria o su derrota en caso de que los contagios sobrepasaran las capacidades gubernamentales.
Desde entonces, el itinerario de la candidata/presidenta ha sido escarpado, como han sido los avatares de la propia enfermedad y sus efectos en la economía y la política.
La encuesta muestra estas vicisitudes. Desde febrero se precipita claramente una percepción negativa sobre el curso que sigue el país. Sólo un 25% lo percibe como positivo mientras casi el 60% siente que es negativo. Lo mismo sobre la gestión de gobierno, de alrededor del 40% de calificación positiva con que arranca la gestión ésta desciende a 33% hasta julio, esta percepción negativa también se refleja en la intención de voto por la candidatura de Áñez ubicándola con un 16% en tercer lugar, incluso después de los indecisos.
Estos datos están fuertemente ligados a los datos de confianza. La encuesta muestra que un 38% confía en la Presidenta, mientras el 47% desconfía. Existen dos aspectos que explican este comportamiento; en primer lugar, los hechos concretos que durante estos cuatro meses de administración de la crisis de salud afectaron negativamente la confianza en el gobierno y por tanto en la presidenta, las denuncias de corrupción, problemas con autoridades jerárquicas que tuvieron que ser sustituidas, entre otras. En segundo lugar, desde que la Presidenta se convirtió en candidata, todos los actos del ejecutivo son vistos con suspicacia, es decir, con desconfianza por la oposición y la opinión pública, pues debido al contexto, es imposible separar la gestión de la salud de la política electoralista.