Un terrario en casa
¿Qué necesitas?
Un frasco de vidrio con tapa o sin ella (puede ser un envase reciclado).
Piedritas pequeñas para drenaje.
Carbón activado (lo encuentras en farmacias o tiendas para acuarios).
Tierra para macetas.
Plantas pequeñas como suculentas, cactus o musgo.
Opcional: figuras decorativas, arena de colores o conchas.
Paso a paso:
1. Drenaje: Coloca una capa de piedritas en el fondo del frasco para facilitar el drenaje del agua.
2. Carbón activado: Añade una capa delgada de carbón activado para evitar hongos y malos olores.
3. Tierra: Rellena con tierra, dejando espacio para colocar las plantas.
4. Plantas: Planta con cuidado las suculentas o musgo.
5. Decoración: Decora a tu gusto con figuras, arena o piedritas de colores.
6. Riego: Rocía con un poco de agua (¡sin encharcar!) y colócalo en un lugar con luz indirecta.
Beneficios de tener un terrario en casa
Purificación del aire: Las plantas en los terrarios ayudan a purificar el aire, eliminando toxinas y mejorando la calidad del ambiente interior.
Reducción del estrés: Cuidar y observar un terrario puede reducir los niveles de ansiedad y estrés, proporcionando un efecto calmante y relajante.
Educación ambiental: Los terrarios son herramientas educativas que enseñan sobre ecología, ciclos de vida y responsabilidad ambiental, especialmente útiles para niños.
Decoración natural: Añaden un toque de naturaleza y frescura a cualquier espacio, siendo una opción decorativa y funcional.
Curiosidades sobre los terrarios
Autosuficiencia: Los terrarios cerrados pueden funcionar como ecosistemas autosuficientes, requiriendo muy poco mantenimiento.
Historia: El concepto de terrario se remonta al siglo XIX con la invención de la “Caja de Ward”, utilizada para transportar plantas durante largos viajes marítimos.
Versatilidad: Existen diferentes tipos de terrarios, como los desérticos para cactus y suculentas, o los tropicales para helechos y musgos, adaptándose a diversas preferencias y condiciones ambientales