A ti, policía
Nuestra relación no comenzó de la mejor manera. Cuando era niña, en un afán de calmar berrinches, en la calle mi madre me decía: “Voy a llevarte con el policía”. Mientras crecía, distintas personas me advirtieron que debía cuidarme y desconfiar de ti. La situación mejoró cuando en primaria conocí a Paquito, el perro policía. Gracias a él supe que tenía la misión de cumplir con las normas viales y de tránsito.
Estos últimos años, tu color: el verde olivo, se ensució de acusaciones de todo tipo. En momentos de calma pensé: “Nunca es bueno generalizar, no todos son así”. En todo rubro hay grises y el tuyo no es la excepción. Tras estas elecciones, te admiré cuando renunciaste porque no quisiste atentar contra los ciudadanos y me diste esperanza cuando fuiste ejemplo de paz en pleno conflicto.
A ti también te espera una familia en casa. Seguro que esta semana tuviste miedo de no cumplir con tus obligaciones impuestas. Pero, al hacerlo, estás cometiendo delitos. Has sido acusado públicamente de incumplimiento de deberes y de omisión de socorro, y todo apunta a que serás señalado por complicidad y encubrimiento.
La gente que bloquea y marcha pacíficamente ha dejado por días su oficio, vive con la angustia de saber hasta cuándo podrá poner comida en la mesa, despierta con una indescriptible incertidumbre y ya no se siente resguardada por ti.
Los hechos reflejan que tú, policía, no cumples con la misión de defender la sociedad, conservar el orden público y velar por el cumplimiento de las leyes. Estás pensando en el ahora, ¿pensaste en el futuro? Con tus acciones, estás matando a la democracia para dar paso a la dictadura.
Recuerda, hermano policía, Evo nunca fue un buen padre para los bolivianos, ni siquiera lo fue para sus hijos sanguíneos. Ordena desde lo alto derramar sangre entre nosotros y no le importan las vidas perdidas. ¿Qué puedes esperar de un presidente que castiga y ataca a su propio país? ¿Qué Bolivia quieres para tus hijos?
La autora es periodista de Los Tiempos
Columnas de Adriana Trigo Amador