2022
La muy anhelada reactivación económica mundial no parece estar tan a la vuelta de la esquina como muchos imaginan o creen que sucederá. Evidentemente hay signos optimistas, al menos en algunos rincones del mundo, donde el turismo ha repuntado y determinados sectores manufactureros dan muestra de reacción económica.
Sin embargo, otros tramos de la industria y el comercio languidecen y el índice del desempleo sube, como en Bolivia donde peligrosamente se acerca al 10 por ciento.
¿Entonces quién podrá salvarnos para tener un buen 2022? Dudo que el Chapulín Colorado. Tampoco Superman, Batman o cualquier héroe enmascarado. La solución está en nuestras manos, pero pasa por entender que hay nuevos sectores donde trabajar.
La Comisión Económica Para América Latina (Cepal), en su último informe sobre inversión extranjera directa (IED) en América Latina, ha identificado ocho sectores estratégicos para dar un gran impulso a la sostenibilidad en la región.
Estos sectores que podrían verse apuntalados por la IED son: la transición hacia energías renovables, la electromovilidad sostenible en ciudades, la revolución digital inclusiva, la industria manufacturera de la salud, la bioeconomía, la economía del cuidado, la economía circular, y el turismo sostenible.
Se trata de transformar la producción. Las estrategias de inversión en la era digital analizan el desarrollo digital en el mundo y la región a través de un modelo conceptual que incluye tres dimensiones (economía conectada, economía digital y economía digitalizada) y aborda diversos desafíos en materia de inclusión, innovación, regulación y tributación, entre otros.
La IED puede contribuir a la transformación digital en América Latina y el Caribe, afirma la Cepal, pero si no se consideran las características estructurales de las economías de la región, la digitalización podría profundizar las brechas existentes y generar mayor exclusión e inequidad distributiva, concluye.
Eso suena a bonito discurso que sale de eminentes consejeros. En la práctica parecen soluciones estilo Chapulín: poco realizables. Empero son posibles, especialmente en el área de “lo sostenible y renovable”. En otras palabras, se trata de cuidar al medio ambiente y llenarnos de árboles, en lugar de matarlos y quemarlos.
Y como dice la escuela departamental para el fortalecimiento orgánico, político, agropecuario y de transformación productiva, de la Federación Departamental de Mujeres Campesinas, Originarias e Indígenas de Cochabamba “Bartolina Sisa”, hay que “pasar de las protestas y luchas sociales a construir propuestas políticas y económicas, hacia la agenda patriótica 2025 en la revolución agropecuaria, comunitaria para vivir bien”.
La autora es periodista
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER