Papa Francisco: 12 años de nuevos dinamismos y puertas abiertas
El papa Francisco falleció ayer a los 88 años y fue el primero en muchas cosas. El primer papa jesuita, el primer papa originario de América Latina, el primero en elegir el nombre de Francisco sin un numeral, el primero en ser elegido con su predecesor aún vivo, el primero en residir fuera del Palacio Apostólico, el primero en visitar tierras nunca antes tocadas por un pontífice —desde Irak hasta Córcega—, el primero en firmar una Declaración de Fraternidad con una de las principales autoridades islámicas.
También fue el primer Papa en dotarse de un Consejo de Cardenales para gobernar la Iglesia, en asignar funciones de responsabilidad a las mujeres y a los laicos en la Curia, en lanzar un Sínodo que implicaba por primera vez al Pueblo de Dios, en abolir el secreto pontificio para los casos de abusos sexuales y en suprimir la pena de muerte del catecismo.
Primero, una vez más, en dirigir la Iglesia mientras en el mundo no hace estragos “una” guerra, sino muchas guerras, pequeñas y grandes, libradas “a pedazos” en los distintos continentes. Una guerra que “siempre es una derrota”, como repitió en los más de 300 llamados, incluso cuando le faltaba la voz, que ocuparon todos los últimos pronunciamientos públicos desde el estallido de la violencia tanto en Ucrania como en Medio Oriente.
Procesos
Pero Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, probablemente no hubiera querido que el concepto de “primero” se asociara a su pontificado, que se proyectó en estos doce años no para alcanzar metas o ganar primados, sino para iniciar procesos. Procesos en curso, procesos concluidos o lejanos de serlo, procesos probablemente irreversibles, incluso para quien lo suceda en el trono de Pedro.
Fueron acciones generadoras de “nuevos dinamismos” en la sociedad y en la Iglesia —como escribió en la hoja de ruta de su pontificado, la exhortación apostólica Evangelii gaudium— siempre en el horizonte del encuentro, del intercambio y de la colegialidad.
Desde el fin del mundo
“Comenzamos este camino, obispo y pueblo”, fueron las primeras palabras pronunciadas desde el Balcón de la Bendición, avanzada la tarde del 13 de marzo de 2013, ante una multitud que desde hacía un mes abarrotaba la Plaza de San Pedro, bajo la atención mundial tras la renuncia de Benedicto XVI. Ante esa multitud, el recién elegido Papa de 76 años, escogido “desde el fin del mundo” por sus hermanos cardenales, pidió una bendición. Rezó un Ave María con la gente, tropezando con un italiano que no había practicado asiduamente hasta entonces, dadas las escasas visitas a Roma del pastor de Buenos Aires, quien estaba listo para preparar sus maletas inmediatamente después del Cónclave.
Y al pueblo, al día siguiente, quiso presentarle sus respetos cercanos mientras se dirigía a la parroquia de Santa Ana y luego a la basílica Santa María La Mayor, para agradecer a María “Salus Populi Romani”, protectora de su pontificado, a la que siguió rindiendo homenaje en cada momento fuerte. Y fue en esa basílica, llamada “liberiana”, donde Francisco expresó su deseo de ser sepultado.
El Papa muere por ictus cerebral y paro cardiaco
Derrame cerebral, coma, colapso cardiovascular irreversible. Estas son las causas de la muerte del papa Francisco, ocurrida a las 1:35 (hora de Bolivia) de ayer en su apartamento de la Casa Santa Marta.
Así lo ha certificado el profesor Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, en el informe de defunción publicado ayer en la tarde por la oficina de prensa de la Santa Sede.
El documento médico indica que el Papa tenía antecedentes de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes de tipo II.
La muerte se comprobó mediante un registro electrocardiográma tanatológico. “Declaro —escribe Arcangeli— que las causas de la muerte, según mi conocimiento y conciencia, son las arriba indicadas”.
El apartamento del papa Francisco, tanto el de su residencia en la Casa Santa Marta como el del Palacio Apostólico, que no usaba, han sido sellados, como manda la tradición, tras su fallecimiento ayer a los 88 años de edad.
El rito del sellado se lleva a cabo para que, tras la defunción, se garantice la seguridad de todos los documentos y pertenencias del papa fallecido. Francisco ha dispuesto en su testamento su voluntad de ser enterrado en una capilla en la basílica de Santa María la Mayor y en una tumba sencilla.
Las cifras del sumo pontífice
Números récord acompañaron al papa Francisco durante sus 12 años de pontificado, que comenzó el 13 de marzo de 2013 y concluyó ayer, con su muerte, tras 4 422 días.
Jorge Mario Bergoglio fue el pontífice número 266 en la larga lista de papas, incluido San Pedro, y -con 88 años- fue el papa más anciano en el cargo después de León XIII, que murió a los 93 años, 4 meses y 18 días.
Son 47 viajes apostólicos, durante los cuales visitó 66 países de todos los continentes, desde América del Norte hasta Oceanía. Su primer viaje al extranjero fue en julio de 2023, pocos meses después de su elección, cuando viajó a Brasil para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud. El último fue en diciembre de 2024, cuando visitó Córcega, convirtiéndose en el primer Papa de la historia en hacerlo.
Son cuatro las encíclicas firmadas por el Papa Francisco. La primera es ‘Lumen Fidei’ (29 de junio de 2013), a cuatro manos con su predecesor Benedicto XVI, seguida por “Laudato si” (24 de mayo de 2015), “Fratelli tutti” (3 de octubre de 2020) y “Dilexit nos” (24 de octubre de 2024).En cambio, siete son las exhortaciones apostólicas, dos las bulas pontificias y ocho las cartas apostólicas.
Son dos los Jubileos bajo el pontificado de Bergoglio. El primero, el de la Misericordia, fue convocado por el Papa en marzo de 2015, con inicio el 29 de noviembre del mismo año. El segundo, en cambio, es el “tradicional” que comenzó el pasado 24 de diciembre y que concluirá el 6 de enero de 2026.
Las nueve cuentas oficiales de la red social X tienen aproximadamente 52,1 millones de seguidores, 18,6 millones de los cuales hablan español.