El analfabetismo digital y la educación virtual
El año 2020, Unicef planteó a Bolivia desarrollar un trabajo conjunto para enfrentar desafíos de la educación, a raíz de la Covid-19. Dentro su planteamiento expuso que: “La familia es clave para apoyar la continuidad del aprendizaje de niños, niñas y adolescentes en el hogar durante la pandemia, para evitar repercusiones negativas en los años posteriores”. ¿Cómo podemos lograr que la familia en su conjunto pueda apoyar en el desarrollo educativo de las personitas en edad escolar cuando un gran porcentaje de los adultos tenemos desconocimiento en el uso pertinente y educativo de las nuevas tecnologías?
Recordemos que, en el pasado, Bolivia asumió el reto de erradicar o cuando menos disminuir el número de personas que no sabían leer ni escribir, sin embargo, en la actualidad ha surgido una nueva forma invisibilizada de analfabetismo, que no está siendo atendida por las políticas educativas actuales. Esta omisión, sin duda, traerá como nefasta consecuencia el rezago socio-cultural y/o socio-económico, pero por sobre todo educativo, es así que durante el confinamiento como consecuencia de la crisis sanitaria mundial se ha detectado que muchos padres de familia carecemos de habilidades y conocimiento suficiente para hacer uso pertinente y productivo de estas tecnologías y, por tanto, no sabemos cómo coadyuvar en la educación de nuestros hijos y cumplir con el rol que nos corresponde, más ahora que el Ministerio de Educación instruyó continuar con el desarrollo curricular en la modalidad virtual.
Entonces, ¿qué debemos entender como analfabetismo digital?
Parafraseando a varios autores, se podría decir que el analfabetismo digital se refiere a la ausencia de conocimiento necesario, básico y fundamental de algunas personas para interactuar con las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC), ocasionando como resultado negativo la incapacidad de obtener beneficios y conocimientos a partir de su uso adecuado.
En consecuencia, no podemos simplemente sentarnos a observar las frustraciones, impotencia y angustia que sienten quienes ahora están asumiendo el rol de coeducadores ante una nueva manera de llevar adelante la educación. Se debe alfabetizar la ignorancia digital, esa debe ser la nueva mirada y puesta en práctica.
Es cierto que las generaciones actuales nacieron en la era de la tecnología, pero lo más real es que, a raíz del avance, la tecnología cada día nos avasalla con sus diferentes innovaciones, sin darnos oportunidad de desarrollar estrategias metodológicas que permitan, por ejemplo, el control parental y así poder contribuir e ir al paso del avance tecnológico.
Se debe apostar por el desarrollo de la autonomía educativa, sin embargo, para ello se debe repensar en el papel de cada uno de los actores y brindar las herramientas para el desarrollo de las habilidades y destrezas en el uso y manejo de las TIC. Por tanto, los objetivos que se deben lograr lo más pronto posible son:
1. Orientar a padres y madres de familia en el uso educativo de las TIC para coadyuvar con el proceso de enseñanza y aprendizaje de maestras y maestros que trabajan en modalidad virtual.
2. Desarrollar habilidades en el uso de aplicaciones informáticas para hacer supervisión, seguimiento y control de acceso a contenidos educativos de estudiantes en proceso de formación.
3. Aprender a configurar dispositivos electrónicos como la smart tv, teléfonos móviles, tabletas y computadoras personales aplicando herramientas de supervisión y control parental para gestionar horarios y acceso a contenido de la red internet.
¿Es así? o ¿cuál es su opinión?
El autor es maestro de biología de educación secundaria
Columnas de GROVER ADÁN TAPIA DOMÍNGUEZ