¿Alta culinaria estadística con el PIB?
Cocinar datos es una jerga entre economistas y estadísticos que ilustra varias formas de tortura de la información. Estas pueden ir desde una vulgar manipulación hasta un sutil manejo de la econometría para respaldar una hipótesis pasando por la elaboración de un gráfico, la comparación de periodos o la elección de una muestra sesgada. Pongamos algunos ejemplos.
Manipulación. Si las tasas de inflación están en aumento, se retiran del índice los productos cuyos precios suben mucho, como fue el caso de Argentina en 2007.
Cargar las tintas en la econometría. Se desarrolla una fórmula que muestra una relación entre el incremento del gasto público y el crecimiento del producto y se afirma que toda vez que aumenta el tamaño del Estado la economía crece, entretanto se sabe que puede haber otras razones para el crecimiento económico, como, por ejemplo, una mejora en el sector externo.
Elaboración de un gráfico con chanchullo. El crecimiento económico de un país es del 3% en promedio. En el gráfico sólo se coloca los sectores que crecieron, pero se omiten las cifras bajas o negativas.
Comparación de periodos. Se muestra el mejor crecimiento del producto interno bruto (PIB) de un periodo, en promedio, comparando 20 años de neoliberalismo con14 de neopopulismo en contextos externos muy diferentes, por ejemplo. Por supuesto, en el periodo más corto el promedio del producto tiende a ser mejor porque hay menos observaciones. Este mejor resultado, entre tanto, compara peras con plátanos. ¿Adivine que gobierno hace esto en sus informes anuales?
Sesgo en la muestra. Hago una encuesta, entre mis amigos de Twitter, sobre la situación económica. La mayoría trabaja conmigo en el gobierno. El 90% de las respuestas dicen que va por muy buen camino. Concluyo: La mayoría abrumadora del pueblo sostiene que la economía está una maravilla.
Estas son algunas de las formas de cocina estadística que se dan cuando los datos económicos se ponen al servicio de la politiquería o se está frente a deshonestidad intelectual, pero como decía el presidente Morales: No quisiéramos pensar que en las instituciones que producen datos, como el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se esté optando por la alta culinaria, en especial en el caso del PIB. Un país con información precaria, a destiempo o simplemente manipulada está a oscuras para tomar decisiones.
Veamos algunas de las preocupaciones de la coyuntura. El PIB es el principal indicador de crecimiento económico. No es el único ni el más completo. Tampoco se lo puede asimilar a desarrollo económico pero es relevante para orientar a la población.
El INE es el responsable del cálculo y difusión del PIB en base trimestral. A su vez el INE depende del Ministerio de Planificación del Desarrollo. Así, de pasadita: ¿alguien sabe si aún existe esta cartera y quién es ministro?
El INE no publica los datos del PIB desde hace un año (cuatro trimestres). Esta información, como máximo, debería estar disponible cada tres meses. ¿Por qué tanto retraso? No quisiéramos pensar que se está elaborando un jakonta de números, para agradar a los comensales del partido.
El Gobierno ha estado usando el Índice global de actividad económica (IGAE) para hablar de recuperación económica. Según el INE, “El IGAE es un indicador que muestra la evolución de la actividad económica del país, con periodicidad mensual. Se define como un índice sintético mensual, cuyo objetivo es el de proporcionar una estimación de medición del comportamiento de la actividad económica en el corto plazo”.
El Ministerio de Economía y Finanzas, en base al IGAE, sostiene que el crecimiento económico fue del 8,7% hasta junio de este año. El INE publica este dato solo hasta abril de 2021 y hasta esa fecha, la economía habría crecido al 5%. ¿Por qué un órgano político, como el Ministerio, publica ese dato antes de que lo haga la instancia técnica que es responsable institucional de esta información? ¿Por qué este desencuentro de fechas en la presentación de las estadísticas? No quisiéramos pensar que se está haciendo un majadito con la información. Dice el viejo dictado: “Las cifras no mienten, pero los mentirosos también usan cifras”.
A ver gran chef del sur, póngale un poquito más de sal, unas gotitas de limón, su locotito bien picadito y su buen toque de propaganda. Ya sale su platito, joven revolucionario. ¡Está quedando deli su ají de fideo corbatita con perejil virgen, como a usted le gusta waway! Bien servidito.
Siempre es bueno recordar que, en democracia, la información estadística es un bien público que pertenece a todos los ciudadanos y es fundamental para la toma de decisiones económicas de las personas, empresas e instituciones públicas. En particular, conocer la trayectoria del PIB ayuda a tomar decisiones estratégicas tanto al sector público como al privado. Por ejemplo, para saber si habrá o no segundo aguinaldo este año.
El autor es economista
Columnas de GONZALO CHÁVEZ A.