Fallece Beatriz de la Parra, “Maestra de las Artes”
La Covid-19 cobró la vida de la destacada actriz paceña Beatriz de la Parra, nombrada “Maestra de las Artes” por el Ministerio de Educación en 2015.
Según personas allegadas, la artista padecía alzhéimer y falleció en Cochabamba días antes que su esposo Ediberto Paukner, también por Covid.
Beatriz realizó estudios en diferentes talleres de formación como actriz, locutora, declamadora y directora en La Paz y Cochabamba. Llegó a participar en reconocidas obras nacionales como Juana Azurduy, de Andrés Lizárraga, con más de 200 representaciones bajo la dirección de Eduardo Casis; La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, entre otras.
Su paso por el cine nacional fue con La cruel Martina (1988), bajo la dirección del cineasta Juan Miranda, y El día que murió el silencio (1997), dirigida por Paolo Agazzi, entre otras. Fue en 1998 que, reuniendo un elenco de nuevos valores, puso en escena la obra de Charles Perrault, La Cenicienta. También desempeñó el cargo de instructora de arte compartiendo sus conocimientos con nuevas generaciones como profesora de declamación y teatro de la Academia Johann Sebastian Bach.
Recibió entre, otros muchos premios, el título de “Maestra de las Artes” y la medalla al mérito en reconocimiento a su trayectoria y relevante contribución a la cultura y a la educación en la disciplina del teatro.
Los homenajes en redes sociales también se hacen presentes; el actor y director de teatro, docente y narrador Andrés Canedo escribió en su perfil de Facebook una emotiva despedida:
"Es tan honda la tristeza, que se hace difícil encadenar las palabras correctas. Perdóname Beatriz que no pueda hacerte el homenaje que realmente mereces, pero estos días de tantas pérdidas me lo hacen imposible. Acabo de enterarme que te fuiste junto con tu esposo y eso ha terminado de abrumarme. Simplemente, te quiero recordar en un par de obras en las que trabajamos juntos: Calígula y Medea. En Calígula eras aquella Cesonia que amaba al tirano alucinado, que me amaba, y que me hacía sentirte viva y completamente verosímil en aquel lejano escenario. Cómo no sentirlo así, con tu enorme calidad de actriz. En Medea, eras a la vez, la encarnación del mal y del amor. Tu amor por aquel Jasón que yo representaba y que te abandonaba en el páramo duro. Nuestro diálogo era de tanta intensidad, de tanta exigencia a nuestras almas de actriz y de actor, que quedábamos agotados luego de cada función. Pero tu inigualable capacidad expresiva, tu fuerza espiritual, hacían que emociones a todos los públicos y también a mí. En ambas obras nos dirigió Rose Marie, quien también se fue hace ya tanto tiempo. La vida nos volvería a juntar hace cinco o seis años en Sucre, cuando a ambos nos entregaron la distinción de Maestro de las Artes. Recuerdo, siento todavía, tu abrazo y también tu fragilidad en el momento del reencuentro. Ahora la noticia de tu muerte me sobrepasa y ahora, tu ausencia, te hace muy viva en mi recuerdo. Aquí estás, aquí te quedarás viviendo en mis emociones. Hermana del alma, te has ido, pero quedas en mí, y con seguridad también, en la memoria de todos aquellos que disfrutaron de tu arte insuperable. Un beso, Beatriz querida".
El también actor, Günther Revollo Soria y sobrino de la artista publicó un video con una breve reseña de su paso por las tablas y el cine.
"Se cerró el telón para otra gran actriz boliviana: Beatriz de la Parra. Tía Beatriz, quién hubiera pensado que el homenaje que te hicimos con Hugo Torrico por los 23 años de La Cenicienta... sería el último. Qué bueno que por medio de tu hija, pudiste conocer nuestra inquietud. Que tú, y ahora también tu esposo Eddy, descansen en paz".