El martes se cierra K´ara K´ara
Uno de los asesores del alcalde Leyes informó el pasado jueves que el alcalde de Quillacollo y sus matones bloquearon el ingreso de los carros basureros al recinto militar de Cotapachi, que se halla en su jurisdicción territorial. Ocurre que la alcaldía de Cochabamba firmó un acuerdo con las FFAA para depositar temporalmente en sus terrenos la basura acumulada en las calles de la ciudad, ante la imposibilidad de que los carros basureros accedan al relleno sanitario de K'ara K'ara, que se encuentra bloqueado nuevamente por los bioterroristas KK que ahora exigen la realización de las elecciones presidenciales en septiembre y no en octubre.
En perfecta sintonía los operadores más radicales del terrorismo masista, articulados por los bloqueadores de K´ara K´ara y las autoridades ediles de Quillacollo, están logrando su objetivo: indisponer a la población cochabambina en su conjunto.
Esta forma de secuestrar a la población de la ciudad de Cochabamba ha resultado muy útil a los bioterroristas KK para pedir, con la fuerza del chantaje, desde dióxido de cloro hasta la retirada de las tropas imperialistas de Afganistán. La horda KK utiliza la intimidación y la coacción psicológica, financiadas con dinero en efectivo que proviene del narcotráfico y de la corrupción alentada por el masismo durante 14 años. Ya es una cadena de actos abusivos que han definido el escenario político de nuestra urbe y los KK están ilusamente convencidos de que mientras más bloquean el ingreso al relleno sanitario más adeptos ganan entre la población. Ellos creen teóricamente que sus simpatizantes se han incrementado con cada bloqueo y que la ciudadanía cada vez está más alineada con los masistas, pese a que por enésima vez han asfixiado nuestra ciudad con basura. Pamplinas, lo único que les envalentona es el dinero sucio.
Deben recordar ustedes que las autoridades municipales y departamentales, más el Defensor del Pueblo y los bioterroristas KK –para mí, masistas todos, después de la peor crisis de la basura en Cochabamba– firmaron un acuerdo que estipulaba el cierre del botadero de K´ara K´ara para el 10 de agosto, es decir este martes. En un artículo anterior, ya había advertido que para esta fecha todos teníamos que estar preparados para un nuevo secuestro con las mismas humillaciones.
Esta vez los acontecimientos se adelantaron y, sin escrúpulo alguno, los bioterroristas KK adelantaron el cierre y presionaron al Tribunal Supremo Electoral para que eluda su responsabilidad y evite la anulación de la personalidad jurídica del partido más nefasto de la historia boliviana. Nadie entre los sensatos o ningún político activo, en su sano juicio, atora de basura a toda una población para lograr sus fines políticos.
También las autoridades municipales, en una complicidad tácita, han imprimido todos sus esfuerzos para que la solución al problema del botadero de K´ara K´ara fracase. De manera deliberada y a sabiendas han pactado con los bioterroristas KK una serie de condiciones que no pueden materializarse. Parece que todo este gran problema es utilizado políticamente como pantalla distractora para encubrir las contrataciones fraudulentas que se pefeccionan cada día que pasa.
En el rosario interminable de actos viciados con sobreprecios, como la provisión de ranchos para las tropas policiales y militares, la compra de barbijos y alcohol, entre otros escándalos, ha aparecido en escena la orden de despido del gerente de la empresa encargada del recojo de basura (EMSA) que la firmó el alcalde Leyes, sólo con el fin de profundizar el problema del botadero.
No tuvieron que pasar pocas horas para que se destape un nuevo negociado en la adjudicación del servicio de fumigado de la ciudad a una microempresa vinculada con la Intendencia municipal. Esta denuncia la hizo el gerente despedido de EMSA, y no supieron explicar el tema desde la oficina del Alcalde, pese a que uno de sus secretarios dilató la susceptibilidad pidiendo el instrumento burocrático más siniestro: un informe. En fin, a partir de hoy tendremos también muchos informes sobre el cierre del botadero de K´ara K´ara, que sembrarán la confusión entre la población y aumentarán tácitamente la agresividad de los bioterroristas KK, que han apostado por el fracaso del convenio con la ayuda de las autoridades masistas del municipio de Quillacollo. Qué terrible experiencia la que soporta la ciudad de Cochabamba, secuestrada y sin futuro, en medio de la mugre.
El autor es abogado
Columnas de MARCELO GONZALES YAKSIC