Este país es mestizo
Nuevamente, y como si se tratara de un ritual en oportunidad de realizarse un censo, ha resurgido el debate sobre la conveniencia de incluir la opción o categoría mestizo como una alternativa que puedan escoger en la casilla de autoidentificación quienes consideren que no se autoperciben como indígenas en el país.
La Ministra de Planificación, además de las autoridades que organizan la consulta desde el Instituto Nacional de Estadística (INE), ha argumentado que organizaciones como la Cepal han recomendado que no se incluya las categorías “mestizo” o “moreno” en la boleta del censo porque son “poco específicas o ambiguas”. En una declaración en la cual ha dejado al descubierto mucho de lo que no se dice sobre el censo, la Ministra ha afirmado que “no es que el Gobierno descarte este aspecto, sino que representa un retroceso para la sociedad. Incurriríamos en discriminación y racismo, porque es justamente de ahí que viene la discriminación de la raza humana, nosotros somos pueblos originario campesinos, la mayor parte de la población tiene una identificación”.
Como se puede advertir, la autoridad se refiere al concepto racializado de mestizo que, efectivamente, está en desuso, porque es un despropósito referirse a la raza cuando los estudios científicos, en particular los del genoma humano, han determinado que no son evidentes las diferencias entre los seres humanos sino, por el contrario, que entre ellos hay una identidad común. Nadie hace referencia a un concepto racializado de la categoría mestizo; a lo que aluden quienes solicitan que sea incluida esta opción en la casilla de autoidentificación tiene que ver con el mestizo cultural o el mestizaje cultural o esa maravillosa mezcla de prácticas culturales que ha dado lugar a la población boliviana contemporánea. Es lo que ha quedado en evidencia en los últimos dos censos efectuados en Bolivia, cuando de una autopercepción mayor al 60 por ciento, en 2001, de los bolivianos como pertenecientes a pueblos indígenas, en 2012 sólo un 40 por ciento dijo formar parte de estos grupos sociales.
Por tal razón, llama poderosamente la atención que la Ministra afirme que en Bolivia predominan los pueblos indígena-originario-campesinos, lo cual está desmentido por las cifras del último censo. Por el contrario, tal declaración ha dejado al descubierto la intencionalidad sesgada de lograr que la población se encasille en una de las opciones de autoidentificación que ofrecerá el censo del 16 de noviembre de este año; tal adscripción forzada no oculta que detrás de ese propósito se esconde el proyecto político del MAS de presentar la conclusión prefabricada de que Bolivia es un país indígena y que, en consecuencia, sólo este grupo puede ejercer el poder.
El derecho a la autoidentificación es un derecho constitucional y debería ser respetado y no vulnerado al forzar que la población se autodefina como indígena, como ha sugerido la Ministra de Planificación. Pese a esa burda intencionalidad, es seguro que una gran mayoría no se autoidentificará como indígena sino como mestizo cultural, aunque al Gobierno le duela.