Un día para el arte
Desde hace casi una década se estableció un día para el arte. Sí, un día dedicado a las manifestaciones creativas como un espacio para conocer la importancia que tienen en la vida, la evolución del pensamiento y la solución de problemas que aquejan a la humanidad.
El Día Mundial del Arte se celebra cada 15 de abril como resultado de una propuesta de la Asociación Internacional de Artes Plásticas (ALAP). El 12 de noviembre de 2019, la fecha se instituyó en la Conferencia General de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
La Unesco sustentó el Día del Arte porque está convencida de que ningún desarrollo puede ser sostenible sin un espacio amplio para la creatividad artística en la vida cotidiana de la gente.
“De hecho, solo un enfoque de desarrollo centrado en el ser humano y basado en el respeto mutuo y el diálogo abierto entre culturas puede conducir a una paz duradera”, explica la organización.
La idea de dedicar un día a las manifestaciones artísticas se inspiró en uno de los artistas más influyentes del mundo, Leonardo Da Vinci, un pintor que, además, se dedicó a la escultura, el diseño, la biología y la arquitectura. Su legado permanece hasta nuestros días y es considerado uno de los impulsores del Renacimiento.
Aunque muchas veces el arte está relegado por los gobiernos y las sociedades, no se debe perder de vista que el arte, la cultura y otras disciplinas de la vida humana son inherentes a la humanidad e imprescindibles en el desarrollo de las civilizaciones.
Hoy en día, Bolivia cuenta con innumerables artistas que transcendieron las fronteras mostrando la esencia de la cultura. Y en cada una de las ciudades más importantes del país hay galerías de arte donde a diario se exponen una diversidad de obras, pero, lastimosamente, a menudo están vacías.
La mayoría de la gente pasa a toda prisa sin siquiera detenerse a mirar el cuadro, la escultura, el grabado o aquello que refleja el alma las inquietudes y el talento de un artista.
Sin embargo, sin importar si hay o no hay público el arte sigue ahí, vigente, con toda su fuerza como gritando: “Estoy aquí”. Esa es su vitalidad y la razón para que transcienda el tiempo y los conflictos.
El apoyo que se dé al arte siempre será insuficiente; sin embargo, se deben exigir políticas públicas que incentiven las actividades artísticas y fomenten su difusión en los diferentes espacios, para así ampliar su impacto.
Las artes representan un espacio ideal para la creación y también para construir sociedades más equilibradas, pues son una forma de desarrollar la sensibilidad de las personas y liberar las tensiones que enfrentan las sociedades. Por ello, es necesario apoyar el arte desde lo individual y colectivo para tener una mejor sociedad.