El legado de los Rolling Stones, rock eterno
IDOLOS | VER EN VIVO A ESTA BANDA, HA SIDO UNA DE LAS EXPERIENCIAS MÁS IMPORTANTES DE MI VIDA. Y LA COMPROBACIÓN DE QUE SER VIEJO ES SOLO UNA ACTITUD.
Esta puede ser su última gira por América Latina, tomando en cuenta que entre todos suman alrededor de 485 años, pero aquellos que fueron a alguno de los conciertos de la Gira Olé que los Rolling Stones brindaron en diferentes países, esperando ver a una banda en decadencia, se quedaron con la boca abierta al encontrarse con una banda tan o más sólida que antes. Que se complementa perfectamente, que se comunica con una mirada. Con un vocalista, Mick Jagger (73) que tiene la energía de un joven de 20; con un guitarrista Keith Richards (73) que convirtió su cuerpo en un laboratorio, pero que toca como el mejor guitarrista del mundo que es; con un batero Charlie Watts (75) que es una máquina del ritmo inmutable y con un segundo guitarrista, Ron Wood (69), que es el complemento perfecto para este cuarteto que definitivamente es la mejor banda de la historia del rock. Por lo menos para quien escribe.
Gustos aparte, hay que destacar que los británicos Rolling Stones son la banda que ha roto récords por mantenerse junta desde 1962 (aunque son Jagger, Richards y Watts los miembros originales) ante todos los escándalos de ego, drogas y rock ‘n roll; es la banda que ha convertido al rock en una música con sentido y el pilar del rock contemporáneo; que ha abatido prejuicios y tabúes y que ha competido sin ceder un milímetro con artistas como los Beatles en una época donde la música de los Rolling era considerada una mala influencia para la juventud.
Sin dejar de producir y componer desde que ser formaron hasta hoy, los Rolling Stones tienen decenas de álbumes en vivo, sencillos, en estudio, y esta música los ha convertido en la banda más exitosa y productiva de la música británica, aún más que los Beatles.
UN ÉXITO QUE NO HA SIDO FÁCIL
Pero para que los Rolling Stones estén donde están, no han caminado precisamente sobre una alfombra roja. Tuvieron un inicio difícil, y aunque Jagger y Richards se conocen casi desde siempre (fueron compañeros en el colegio), y sin duda son los que sostuvieron en un principio la banda, junto al fallecido Brian Jones quien fue el que bautizó al grupo por la canción “Rollin Stone” de Muddy Waters, sus desavenencias son del dominio público, tanto que a veces es imposible fotografiarlos juntos, lo que es un problema para sus promotores.
Pero como ellos mismos dicen, “es lo mismo que pelear con un hermano”, y las peleas no duran mucho.
Watts, el baterista, el mayor de todos y el que parece el más centrado, fue sin embargo el más afectado por las drogas y el alcohol, hasta que le descubrieron un cáncer en la garganta y decidió cambiar de estilo de vida de forma radical, y Ron Wood, el menor de todos, acaba de ser padre (nuevamente) y aunque ha tenido su época de bajones y adicciones, siempre ha mantenido el optimismo y es el que hace reír a los otros tres.
Los Rolling Stones tuvieron que pelear su espacio no sólo musicalmente, sino socialmente. Sobre todo después del fatídico concierto de 1969 donde un joven afroamericano murió acuchillado. Les fue muy difícil borrar esa imagen en el colectivo de los padres y madres de familia que consideraban a esos “melenudos”, como unos delincuentes.
Pero los Rolling lo lograron, pusieron en la radio temas como “Paint it Black”, “Angie”, “Satisfaction”, o “Simpathy for the devil”, canción que se convirtió casi en un himno y que les valió el sobrenombre de “Sus majestades satánicas”, sobre todo después del álbum “Their Satanic Majesties Request”(1969).
Y aunque en el interin tuvieron que luchar con todo, con una fama que debían digerir y hacer parte de sus vidas y de sus familias. Con la adicción a las drogas, al sexo y al alcohol. Con muertes de seres queridos que han sido muy difíciles de superar (la novia de Jagger se suicidó en 2014), con viajes largos y giras duras, se han mantenido juntos. Y sobre todo, han mejorado como el vino. Mientras más años, mejores.
LA GIRA OLÉ
Pude verlos en Lima, en el estadio Monumental, donde 50.000 personas llenaron todos los espacios para disfrutar de la llegada de los británicos. La expectativa fue muy grande, las entradas se agotaron tres días después de que fueron puestas a la venta, aunque afuera del estadio, el 6 de marzo (día del concierto), varios revendedores querían hacer su agosto.
Se vendió de todo. Poleras, gorras, llaveros, posters, bolígrafos, que en la calle costaban la tercera parte que dentro del estadio donde el merchandising original tenía poco que envidiar a los diseños que se ofrecían en la calle. Me llamó mucho la atención un músico con discapacidad que tocaba en su flauta melodías de los Rolling Stones. También que para ingresar al concierto nadie haya revisado nada, y que dentro, la cerveza corriera libremente.
Aún así no hubo incidentes de importancia y todos, un público de lo más diverso, entre jóvenes, adultos contemporáneos y adultos que comenzaron a escuchar a la banda cuando se formó, deliramos cuando a las 21.05, cinco minutos después de lo que se había comprometido en el programa, los Rolling se presentaron en el escenario y empezaron los acordes de “Start me Up”. Durante dos horas exactas la banda tocó 18 canciones, de las más emblemáticas, y mostró un despliegue espectacular en el escenario. Nadie podía creer que esos rockeros de cepa, fueran abuelos (y en el caso de Jagger, bisabuelo). El concierto cerró con “Satisfaction”.
DE CERCA
El flaco vocalista corrió por el escenario sin que ni un solo movimiento hiciera temblar su voz. Con una disciplina física envidiable porque sabe que su cuerpo merece la mejor atención, Jagger corre entre 10 a 12 kilómetros diarios, lo que complementa con sesiones semanales de natación, bicicleta y kick boxing, además de un programa de acondicionamiento en un gimnasio. Para manejar el equilibrio, y no tropezar cuando llega el minuto de correr bajo los focos, asiste al menos dos meses antes de los conciertos a clases de ballet, yoga y pilates. Ha dejado las drogas y el alcohol. Come muchos carbohidratos y proteínas (le encantan las pastas). Y ha hecho que pareciera que el tiempo se congeló en 1965.
Si no fuera por las arrugas y las canas, nadie diría que estos músicos tienen la edad que tienen, y menos el trajín con el que han vivido.
El carisma de Jagger es otro de los puntos que hace que la banda arrastre a millones de fanáticos de todas las edades. Saludó en castellano con un “Hola Perú, hola mis causitas”, y los peruanos aplaudieron eufóricos, pero cuando el público estalló fue cuando Jagger dijo que la comida peruana es la mejor del mundo y que los peruanos cantaban mejor que sus vecinos (refiriéndose a Chile).
Pude ver lo diverso de su público porque s mi izquierda dos jóvenes quinceañeros gritaban a todo pulmón las letras de las canciones, y a mi derecha un abuelo con bandana en la cabeza, tenía a su nieta (de unos 10 años) sobre los hombros. Al hombre le chorreaban las lágrimas de emoción.
Por un momento todos fuimos uno solo, sin importar las nacionalidades. Todos estuvimos unidos por un mismo corazón, el de la lengua afuera.
Este concierto, al que tuve la suerte de poder asistir, ha sido el mejor de mi vida. Sobre todo porque me di el gusto (nos dimos junto a los miles de asistentes) de poder comprobar de cerca que la edad es solo una actitud. Los Rolling Stones venían de tocar en Santiago, Buenos Aires, Montevideo, Rio de Janeiro, Sao Paulo, Porto Alegre, y se iban luego de Lima a Bogotá y a México D.F. Como un regalo sorpresa tocaron en La Habana, y lo hicieron gratis. Y siempre dieron lo mejor de sí.
En Cuba, medio millón de personas se congregaron para verlos, en un concierto histórico porque con él, los cubanos recuperaron su derecho a escuchar rock, algo prohibido por el régimen castrista que considera a esta música como símbolo del imperio yanqui. Nuevamente los Rolling Stones hacen leyenda.
Se ha comentado que después de esta gira, los Rolling volverán al estudio para grabar un nuevo álbum. Sus fanáticos tenemos los dedos cruzados para que así sea. Pero si deciden darse un tiempo de descanso, bien merecido lo tienen. Lo que nos han dado es suficiente para asegurar que los Rolling Stones son la banda más importante y emblemática en la historia del rock contemporáneo.