Personal siente que es una pesadilla atender Covid-19 en hospital Seton
El personal que combate en primera línea la pandemia en el hospital Seton, de la Caja Petrolera de Salud (CPS), siente que vive una “pesadilla” al atender a pacientes sospechosos y a uno confirmado con Covid-19, porque no les dan a tiempo los trajes de protección, las salas de atención están dispersas y el clima laboral es hostil.
Si bien cada trabajador se aferra a su compromiso de salvar vidas, por la mente de muchos ha pasado la idea de renunciar, sobre todo cuando el día y la noche a lado de la cama de un paciente crítico parecen eternos.
¿Por qué siguen?, “la estamos peleando”, responde un trabajador.
Si bien la tensión en este seguro, que afilia a 45 mil personas de empresas estratégicas como YPFB, ENDE, ministerios y de grandes industrias, comenzó hace más de un mes cuando los casos de coronavirus subieron en Bolivia, recién esta semana el conflicto se intensificó por un polémico diagnóstico sobre el que hay dos versiones.
El administrador Tito Grágeda asevera que se cumplieron con los protocolos. Luego, del triaje se calificó al paciente como sospechoso de Covid-19 por la fiebre y dolor de cabeza que presentaba. Luego, se lo trasladó al consultorio 8, exclusivo para estos casos. Después entró a sala de consultas para rayos X. De ahí fue a una sala para sintomáticos no confirmados.
En cambio, personal de planta denuncia que el paciente fue descartado como contagiado de Covid-19 y fue llevado a medicina interna, rayos X e internación común sin ninguna precaución, por lo que ahora hay cuatro trabajadores aislados y se teme que los ambientes por donde anduvo estén contaminados.
La desconfianza por el diagnóstico avivó la demanda por trajes de bioseguridad, que según las mismas fuentes estaban guardados y muchos fueron donados por las empresas que están afiliadas al CPS.
Una semana antes de recibir el primer caso Covid-19 el personal, incluso de áreas críticas, no tenía barbijos N-95, lentes y uniformes quirúrgicos. Sólo se les entregó para una semana cinco pares de barbijos quirúrgicos con la instrucción de colocarse dobles para estar más seguros, cinco pares de guantes y una bota porosa.
Después de registrarse el primer paciente con la enfermedad recibieron escafandra (traje de protección), barbijo N-95, lentes, mameluco u overol y gorras. Aún hay tensión por la falta de personal.
“Tenemos que estar seis horas con los trajes, no podemos sacarnos, es incómodo, nos falta el aire (hipoxia)”, contó un trabajador. Lo peor ocurre cuando el paciente se descompensa y hay que aplicarle medicación más fuerte. “Si despierta, del semicoma inducido, se mueve y puede quitarse los aparatos, que son tantos que hay que monitorear”, explicó.
Dijo que muchos se compraron equipos de protección de mejor calidad para resistir sus turnos. “Estamos viviendo una pesadilla con el calor, el estrés y el temor al contagio”, expresó.
ACUDIRÁN A COB Y AL MINISTERIO
El tercer secretario de la Federación de Trabajadores de la CPS, Juan Paco, informó que apelarán a la Central Obrera Boliviana y al Ministerio de Trabajo para denunciar la presunta vulneración de derechos del personal que recibe amenazas por reclamar.
Paco anunció que además pedirán que el plan de contingencia de la Caja Petrolera de Salud se modifique, porque observan que se expone al personal y a los asegurados. En un inicio se quiso usar el auditorio para asintomáticos. El conflicto en el Seton se da luego que el seguro atendió a un paciente con coronavirus y aplicando los protocolos correctamente logró contener la propagación.