La primera ola del feminismo en Bolivia (1930 a 1950)
Repasando la historia de la humanidad, encontramos —en el Mundo Oriental— que durante el año 539 a. C., Ciro El Grande, rey del imperio Aquenémida de Persia (antiguo Irán) —tras la conquista de Babilonia—, redactó el primer documento sobre derechos humanos denominado “El cilindro de Ciro”. En el año 590 d. C., en la Meca (actual Arabia Saudí), Abdullah Ibn Judan, jefe de la tribu de los Taym, reunió a las tribus árabes para que elaboraran un acuerdo denominado Hilf-al-fudul (“Pacto de los virtuosos”) que consideraba “el respeto a los principios de justicia y apoyo a los oprimidos…”.
En tanto, —en el Mundo Occidental— en Europa (Inglaterra, 1689) se declara la Bill of Rigths, que establece los derechos y libertades de los ingleses. Un siglo después, la Revolución Francesa (1789-1799) alcanza como una de sus conquistas la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, que junto a la célebre frase de Maximilien Robespierre —“Libertad, Igualdad y Fraternidad”— se constituyen en la base de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” de las Naciones Unidas en 1948.
Cerrando esta revisión mundial, recordemos que las mujeres (no tenemos datos de la Prehistoria, que concluye el año 3.500 a. C.) durante la Edad Antigua (3500 a. C-476 d. C), Edad Media (476-1492), Edad Moderna (1492-1789) no eran consideradas en su ciudadanía -se equiparaban a los esclavos- y por esta razón sus luchas de igualdad estuvieron articuladas a las reivindicaciones abolicionistas de los esclavos.
En tanto en el Mundo Oriental y Occidental se planteaban una lucha de igualdad en los derechos humanos, en el denominado —por los conquistadores europeos— Nuevo Mundo estábamos combatiendo por nuestra independencia de la colonia española. La invasión fue en 1492 y los pueblos indígenas empezaron las insurrecciones independentistas en los años 1500 (Tupac Amaru I).
En Bolivia, los indígenas empezaron a sublevarse liderados por Tomás Katari (1780), Tupac Katari (1781) y se sumarían los criollos (1809). Durante la Guerra de la Independencia (1809-1825), las mujeres tuvieron un rol muy importante y citando algunos nombres tenemos: Bartolina Sisa, Gregoria Apaza, Juana Azurduy, Manuela “la ciega” Gandarillas, Vicenta Juaristi Eguino y muchas otras más.
En los contextos descritos, el feminismo nace en Europa; el primer acto feminista (1791-1792) surge durante la Revolución Francesa (1789-1799) cuando las mujeres, activas participantes del proceso social y político que vivía Francia, no fueron tomadas en cuenta en la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” y al contrario fueron relegadas al “ámbito privado” (la reproducción), en tanto el “ámbito público” (político) era para los varones; de esa discriminación nace el feminismo.
Igual que lo acontecido en Europa sucedió en la naciente república boliviana: las mujeres no fueron tomadas en cuenta para ejercer “derechos de ciudadanía” a pesar de su amplia participación en la guerra independentista; así se evidenció en la primera Constitución Política de nuestro país, donde sólo los hombres con bienes tenían derecho ciudadano, el mismo que fue negado a mujeres e indígenas (1825-1952).
El Código Civil napoleónico (1804), que recogió los avances sociales de la Revolución Francesa, negó a las mujeres derechos civiles reconocidos para los hombres e impuso leyes discriminatorias definiendo al hogar como un ámbito exclusivo de las mujeres.
El feminismo como movimiento colectivo nace en Estados Unidos en la Convención sobre Derechos de la Mujer (Nueva York, 1848) y sus demandas principales eran la igualdad de género, la no discriminación y el derecho al voto.
En Bolivia, la primera actitud feminista la encontramos en Adela Zamudio (1854-1928). La primera ola del feminismo nace en los años 20 con sus principales demandas: recibir herencia, el derecho al voto, al divorcio y a contar con cédula de identidad.
Todas estas reivindicaciones fueron alcanzadas por nuestras antepasadas hasta la Constitución Política del 24 de noviembre de 1945. A veces estas conquistas no son valoradas, más al contrario, se critica al feminismo.
Columnas de CLAUDIA MIRANDA DÍAZ