Mare Cevallos: “El actor que no trabaja en sí mismo nunca va a llegar a ser un gran actor”
Bolivia sigue consolidándose como un destino para la producción cinematográfica y atrae talento internacional que apuesta por contar historias con identidad y profundidad. Maria Emilia (Mare) Cevallos Cuesta, actriz ecuatoriana es una de ellas. Ella encontró en Bolivia un espacio de crecimiento y nuevas oportunidades, tras participar en la película “Las Vidas de Laura”, un proyecto nacional que promete sorprender al público con su narrativa y producción de alta calidad.
Cevallos, quien trabajó en televisión y cine en su país, destaca la calidez de Bolivia y su potencial como un epicentro cultural en ascenso, tras su reciente visita. Desde su llegada al departamento, experimentó una conexión especial con el país y su gente, algo que la motiva a seguir explorando nuevas oportunidades en el ámbito artístico.
En esta entrevista, comparte con la Revista OH! de Los Tiempos su experiencia en el rodaje, su visión del cine boliviano y los desafíos que ha enfrentado a lo largo de su carrera.
A lo largo de la conversación, la actriz también reflexiona sobre su trayectoria y la importancia de sanar heridas del pasado para seguir creciendo profesionalmente. Con una visión holística de la vida y una fuerte determinación, Cevallos demuestra que el cine es más que entretenimiento: es una herramienta poderosa para la transformación personal y social.
- ¿Cómo ha sido tu experiencia en Bolivia y en el rodaje de “Las Vidas de Laura”?
- Bueno, yo ya vine a Cochabamba en 2022 por Carnavales, me encantó, pero me quedé poco tiempo. Bolivia es un país que tiene mucho por explotar. Esta vez ha sido una experiencia completamente diferente porque me he quedado un mes y he podido vivir la ciudad de otra manera.
Me ha encantado la tranquilidad, el poder caminar por las calles sin sentir miedo, a pie y que no me pase nada. Vengo de un lugar donde la inseguridad es un poco hostil, así que encontrarme con un espacio donde puedo relajarme y es más familiar y cercano es un apapacho (abrazo) al alma.
El rodaje de la película ha sido increíble. Vine con muchos miedos por cosas que viví en mi carrera, pero vengo acá y me encuentro con un grupo de actores pesados, y yo vengo asustada, con un poco de experiencia porque en mi país la industria puede ser hostil y con mucho “divismo”, pero aquí encontré un equipo de trabajo generoso, profesional y con una energía muy positiva.
Desde que empecé en la televisión, muy joven, me encontré con un ambiente competitivo donde muchas veces predominaba el maltrato laboral y el bullying. Yo siempre callé porque prefería evitarme el problema.
En mi familia me enseñaron a ser quien soy, a no fingir, a no ser hipócrita y ahora que estoy un poco más grande digo: tal vez debí haber sido hipócrita porque veo que a la gente hipócrita le va muy bien, déjame decirte.
- Tu enfoque holístico de la vida se refleja en tu trabajo y en tu forma de ver la industria. ¿Cómo ha influido esto en tu crecimiento como actriz?
- Siempre he creído que el actor que no trabaja en sí mismo nunca va a llegar a ser un gran actor. En los últimos años, me he dedicado mucho a mi crecimiento personal y espiritual, porque entendí que si no estoy bien conmigo misma, no puedo darle vida a un personaje de manera auténtica, que es más o menos como yo trabajo.
Todos somos seres de misterio y de luz, todos somos seres de sombras y de luz y justamente integrando estas cosas y aceptando tus sombras es como llegas a ser un ser humano completo. Entonces yo creo que estar muy en contacto con mi parte espiritual y poder hacer introspección, estar preocupada por mi evolución es lo que hizo que estas puertas se abran para subir de nivel en cierta frecuencia y pasen otras cosas porque lo que no cambias se repite.
- Has sido muy abierta sobre la importancia de la salud mental. ¿Por qué consideras que es un tema fundamental para quienes están en la industria del entretenimiento?
- La salud mental sigue siendo un tema tabú en muchos lugares, y en la industria del entretenimiento es especialmente importante porque trabajamos con emociones todo el tiempo. Yo fui diagnosticada con TDAH desde niña y tras la pandemia con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), algo que me dicen que es muy común en los actores, pero yo no me victimizo, tuve que aprender a vivir con eso. Yo hago mis propias bromas, he tomado medicina, he ido a terapia y eso es lo que hace una persona que se hace cargo de su mente. Nada justifica el maltrato.
Muchas personas en la industria luchan con problemas de ansiedad, depresión o estrés, pero pocos lo dicen por miedo al estigma. En mis redes sociales, siempre trato de compartir mensajes sobre salud mental y recomendar especialistas, porque sé lo importante que es sentirse acompañado en estos procesos.
- Además de la actuación, has participado en certámenes de belleza. ¿Cómo fue tu experiencia en ese mundo?
- Cuando participé en Miss Ecuador, lo hice más como un acto de protesta social. En ese entonces, no había tanta inclusión como ahora. Me decían que era la “Miss Gorda”, la “Miss Callejera” por tener tatuajes, el pelo corto... Pero para mí era importante demostrar que ser Miss no significaba encajar en un molde específico. Hoy en día, las reglas cambiaron.
Yo siempre he dicho que nací para incomodar y eso es algo bueno porque cuando la gente te incomoda te cuestionas y creces. La comodidad no te lleva a ningún lado.
El Miss Ecuador me enseñó muchas lecciones como el orden, la disciplina, la constancia, a peinarme y maquillarme. En un mundo donde ves vidas perfectas y la franqueza es un pecado.
- ¿Compartes tu vida privada en tus redes sociales?
- Comparto muy poco. Sin embargo, yo nunca he parado de trabajar, hago teatro todo el tiempo y el teatro es mucho más enriquecedor, tengo que decirlo, a nivel experiencia y aprendizaje.
El actor que no está en constante entrenamiento se oxida. No tengo que estar gritando a los cuatro vientos que estoy en clases o trabajando. El año pasado me ausenté de las redes porque me pasaron cosas, me expuse demasiado y preferí vivir para mí.
- ¿Cuán importante consideras el poner límite y parar en cualquier cosa?
- Cuando te das cuenta que las cosas no están fluyendo como deberían, que no te siente en paz, cómoda o feliz, tienes que irte, pasa en el trabajo, en las relaciones. Tienes que cambiar y moverte porque lo que se estanca se pudre. Tienes que aprender a pedir disculpas, soltar el tener la razón. Yo ya estuve en esas guerras interminables y de qué sirvieron, de nada.
- Para finalizar, ¿qué mensaje le darías a quienes están buscando un espacio en la industria del cine y la televisión?
- Que confíen en su talento y en su esencia. La industria puede ser dura, pero lo más importante es mantenerse fiel a uno mismo y no dejarse llevar por los estereotipos o las críticas. También les diría que trabajen en su crecimiento personal, porque el arte no solo se trata de interpretar personajes, sino también de entenderse a uno mismo. Para mí actuar ya no es un trabajo, es algo necesario.
Y si tienen la oportunidad de venir a Bolivia a trabajar en cine, que lo hagan. Es un país con mucho talento y con una industria en crecimiento que tiene mucho por ofrecer.
Yo soy muy afortunada de hacer una película acá que se estrena en septiembre.