Disminuyen en un 8,87% las remesas durante el primer semestre de 2024
La recepción de remesas en Bolivia durante el primer semestre de 2024 ha mostrado una tendencia a la baja. Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB), entre enero y junio de este año, se recibieron 643,33 millones de dólares, una caída del 8,87 por ciento en comparación con el mismo período de 2023, cuando se registraron 705,93 millones de dólares. En términos absolutos, la diferencia es de 62,6 millones de dólares menos en 2024, lo que podría repercutir en la economía boliviana, especialmente en un contexto de escasez de divisas.
Los principales emisores de remesas para Bolivia continúan siendo España, Estados Unidos y Chile. Sin embargo, en comparación con el año anterior, los flujos desde estos países han disminuido. En el primer semestre de 2024, España representó el 34,97 por ciento de las remesas; Estados Unidos, el 20,11 por ciento, y Chile, el 17,84 por ciento.
El mayor descenso se observó en las remesas provenientes de Chile, desde donde en 2023 se enviaron 168 millones de dólares. En 2024, esa cifra se redujo drásticamente a 114,7 millones de dólares. Brasil también registró una caída, con envíos que pasaron de 44,2 millones de dólares en 2023 a 36,3 millones de dólares en 2024.
Por otro lado, los envíos desde Argentina y España mostraron un comportamiento positivo. Las remesas desde Argentina aumentaron de 30,83 millones de dólares en 2023 a 36,37 millones de dólares en 2024, mientras que desde España crecieron de 212,4 millones a 224,9 millones de dólares.
Factores externos
Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, explicó que esta disminución en las remesas no está vinculada directamente con la política económica del Gobierno nacional, sino con la situación económica en los países de residencia de los migrantes bolivianos. “El descenso de las remesas se debe a las condiciones laborales y económicas en esos países. Muchos compatriotas enfrentan dificultades para generar ingresos y, por ende, envían menos dinero a sus familiares en Bolivia”, señaló Romero.
Los principales países emisores de remesas hacia Bolivia —España, Estados Unidos y Chile— han experimentado una desaceleración económica, lo que afecta la capacidad de los migrantes para enviar dinero. La inflación y el aumento en los costos de vida en esos países también han reducido el poder adquisitivo de los trabajadores bolivianos en el extranjero.
Impacto en la economía
Aunque las remesas no son el principal componente de las reservas internacionales de Bolivia, Romero advirtió que su disminución podría generar presiones cambiarias, especialmente en un contexto de escasez de dólares en el país. “Muchas personas han optado por utilizar mecanismos informales para enviar divisas debido a la falta de dólares en los bancos locales. Esta situación ha llevado a que los destinatarios reciban el dinero en moneda local, lo que ha impulsado la búsqueda de alternativas más favorables para el envío de dólares”, explicó.
La escasez de dólares en Bolivia ha hecho que muchos recurran a canales no oficiales para enviar remesas, con el objetivo de evitar la conversión a moneda local. Además, el alto tipo de cambio paralelo y las comisiones que cobran los servicios formales han desincentivado el uso de métodos convencionales, favoreciendo la informalización del proceso.
Posibles soluciones
Romero sugirió que, para mitigar la caída en las remesas, sería clave reducir las comisiones por envío y permitir que los destinatarios reciban el dinero en la moneda original en la que fue enviado. Esto podría reducir el uso de canales informales y mejorar el flujo de remesas en el país. Sin embargo, la falta de soluciones claras por parte de las autoridades frente a la escasez de dólares y el alto costo del tipo de cambio paralelo ha prolongado esta problemática.
La caída en las remesas no sólo refleja las dificultades económicas de los bolivianos en el extranjero, sino también las tensiones internas en la economía nacional. Aunque las remesas no son el principal motor de las reservas internacionales, su reducción, en un contexto de escasez de divisas, podría tener un impacto significativo en el tipo de cambio y en la economía familiar de muchos hogares bolivianos que dependen de estos ingresos, subrayó Romero.
El Banco Mundial proyecta un crecimiento del 2,3 por ciento en las remesas hacia países de ingresos bajos y medios en 2024. No obstante, advierte sobre riesgos como la volatilidad de los precios del petróleo y las fluctuaciones en los tipos de cambio, que podrían afectar negativamente estos flujos.